miércoles, 29 de diciembre de 2010

Tico Medina Rectifica

Artículo publicado en el periódico AREA del lunes 14 de marzo de 1960 en su página 3

Dos cartas admirables que lo dicen todo

ANTE las palabras improcedentes, vertidas por el periodista Tico Medina en el diario madrileño «Pueblo», en menosprecio de la verdadera semblanza y psicología de la Línea de la Concepción, surgió otro linense de pura cepa residente en Salamanca y ha obligado al colega a rectificar en el sentido que el lector podrá apreciar. Estamos seguros que con la reproducción de esta correspondencia dejamos las cosas en su lugar, al mismo tiempo que experimentamos el placer de hacer pública una noticia que habrá de dejar satisfechos a todos cuantos llevan a gala el haber nacido en La Línea.

Sabemos que a raiz de la publicación en los que se vertían conceptos completamente equivocadosacerca del ambiente e idiosincrasia dé esta ciudad, se le enviaron al autor justas y convenientes replicas, sin que hasta ahora haya respondido. Una de esas cartas le fué enviada directamente al director del prestigioso «Pueblo», con el ruego de su publicacion, sin resultado.

Pues bien, he aquí como nuestro paisano y querido amigo Emilio M. de Villar Martínez ha tenido mejor suerte, obteniendo respuesta y la rectificación deseada. A continuación reproducimos textualmente ambas misivas.

«Salamanca, 23 de Febrero de 1.960.

Sr. Don Tico Medina.
Narváez, 70.-Madrid.

Muy Sr. mío:

Soy asiduo lector del diario «Pueblo», y vengo siguiendo con cierto interés sus reportajes sobre José Díaz, el guardia de circulación de La Línea de la Concepción, que aparecen desde hace algunos días en dicho diario. Hoy, con desagrado, he leido que al hacer referencia a una carta que dicho señor le envió hace meses, usted, entre los muchos detalles que sobre ella da, dice que estaba escrita con «un bolígrafo de La Linea contrabandista».
Sin duda alguna usted sabrá que el contrabando ha existído siempre y que no está solamente afincado en el Campo de Gibraltar, sino que se da en otras muchas poblaciones, fronterizas o no, y siempre con una importancia cualitativa y cuantitativamente mayor.
Ahora bien, nunca dichas ciudades son nombradas con el adjetivo contrabandista. Asi, pues, le pido y le sugiero que cuando en otra ocasión tenga que nombrar a mi pueblo, si no encuentra un adjetivo que no lo humille, cosa que no creo difícil para usted, se conforme con llamarlo «
La Línea de la Concepción», que a la vez de ser su nombre completo es bastante más bonito y suena mejor que «La Linea contrabandista». ¿No cree?

Queda de usted s. s.


EMILIO M. DE VILLAR MARTINEZ»



Sr. don Emilio de Villar
Salamanca.

Madrid, uno de marzo mil novecientos sesenta.

Muy señor mío:
Su carta del veintitrés me ha llenado de pena. ¿Cómo puede usted pensar que yo escriba esas cosas para hacer daño, nada más que por las malas?
Mi querido amigo: yo no he dicho eso para herir a un pueblo que me ha parecido encantador. Sé también, porque conozco la geografía de España, donde hay y no ciudades contrabandistas, pero, desde luego, por nada en el mundo he deseado herir a La Línea, con esa frase que usted me cuelga, y que no ha tenido esa intención que usted me dice en su carta.
Como me gusta la defensa que se hace de las cosas que uno imagina han sido heridas en el ala, he aqui que me apresuro a ponerle en antecedentes de que no lo hice con esa intención y que ni mucho menos es ese el significado de la frase. Tal vez faltara una coma o sobrara, pero de lo que puede ser una falta de sintasis, a lo que usted quiera que sea una falta de estilo personal, se equivoca. Por esta razón, me congratula pensar que usted lee mis cosas, primero; segundo, que las mira con ojos críticos; tercero, que me escribe valientemente... y cuarto, que lo hace desde una de las más hermosas tierras del mundo, y por si fuera poco, desde un Colegio Mayor.
Déme usted su mano, amigo mió. No quiero herir a nadie, ni he querido hacerlo. Sé llamar a La Linea, la blanca, la luminosa, la bonita, la brillante, la plana, la marinera, la soleada, la hidalga, la puerta del Estrecho, la hermana mayor de Cádiz, la mano de Andalucía., todo lo que usted quiera y más, ¿cómo iba a usar un calificativo que no es hermoso para dignificarla?
Un saludo cariñoso y ya sabe donde me tiene.

TICO MEDINA»

Huelgan los comentarios ante las cartas que acabas de leer, querido lector. La del linense —valiente, audaz, justa— ha dado en el blanco, obligando al periodista de «Pueblo» a recoger velas y retractarse
totalmente de lo que dijo, manifestando ahora todo lo contrario. Por ahi debió empezar. Pero, no importa. Su arrepentimiento merece que le tendamos la mano de amigos. Aquí no ha pasado nada.
Y en cuanto al firmante de la carta de Salamanca, ¿vale decir que es hijo de don Emilio de Villar y Lima, nada menos? Pues, dicho está. Es un nombre que va unido al de La Línea con vínculos de cariño antiguo, irrompibles y dignos del mayor respeto.


periódico AREA del lunes 14 de marzo de 1960 en su página 3




                                                         Luis Javier Traverso
                                      http://lalineablancoynegro.ltduende.com/







Gracias a la Colaboración del Archivo Municipal


Páginas