viernes, 18 de febrero de 2011

El grosero gesto de un guardacoches

Artículo publicado en el periódico AREA del miercoles 12 de junio de 1963 en su página 3



¿Cuáles son sus derechos y obligaciones?

A nosotros todas las profesiones nos parecen dignas cuando son necesarias y cuando se trata de  contribuir a proporcionar  facilidades a  la sociedad. Ahora bien  no cabe la menor duda que el hombre debe ser adaptado a un trabajo según sus cualidades o sus características, siempre en beneficio del propio trabajo y del trabajador.

El  trabajo de guardacoches creemos que  todavía es necesario en nuestra sociedad. No vamos a hacer un examen exhaustivo de esta necesidad porque no es el motivo de este comentario, pero si queremos hablar de un hecho grosero realizado por un guardacoches, que si bien no creemos que se le deba, tener en cuenta de forma rigurosa, si puede servir para pensar en la posible organizacion de este servicio de una manera más controlada.
Días pasados, un señor dejó su moto aparcada mientras iba al cine. En dicho lugar existe un guardacoches, el cual al señor en cuestión cuando salió del cine le entregó la cantidad de cincuenta céntimos manífestándole que no tenía más dinero suelto. Ya en otras ocasiones le había obsequiado con cantidades superiores. Pero al guardacoches no le pareció bien la cantidad ni tuvo en cuenta la explicación y arrojó groseramente al suelo los cincuenta céntimos, en presencia de todo el publico que salía del cine.

Como es lógico, el señor no reaccionó mal y se calló para no dar lugar a un desagradable incidente.
Al tener nosotros conocimiento de este hecho hemos querido publicarlo porque nos da ocasión para volver a tocar este tema, del cual ya hemos escrito otra vez.

Y  nos  hemos preguntado: 
¿Cuáles son los derechos y obligaciones de los guardacoches?.¿Quién determina sus funciones?. Hasta ahora, sus derechos y obligaciones son los que ellos mismos deciden y actúan según sus propias normas, que en muchos casos son de exigencia para con ellos mismos y en otras, como en el citado, están sobre el  denominador común de la grosería.

¿No sería posible la organización de este servicio de forma que estuviese atendido por personas imposibilitadas físicamente, por mutilados, ya que los que no se encuentran en estas condiciones deben buscar otros horizontes, otras "perspectivas laborales?

El incidente citado, que en sí no tiene una extraordinaria importancia, nos da ocasión para que hagamos esta interesante sugerencia, que creemos deberse tenida en cuenta por los organismos competentes.


periódico AREA del miercoles 12 de junio de 1963 en su página 3




                                                            Luis Javier Traverso
                                              http://lalineablancoynegro.ltduende.com/








Gracias a la Colaboración del Archivo Municipal de La Línea de la Concepción

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