¿Cómo era la Velada de La Línea en sus primeros años? Los datos que yo poseo bien poco me dicen, pero... ¡ahí van!
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Esta es la esclamacion que proferimos casi todos los domingos. Comemos á las tres, contra nuestra costumbre, nos echamos unos cuantos duros (si los tenemos) en el bolsillo, alquilamos un carruaje, y al preguntarnos el cochero —¿ Donde vamos ? —A la Linea, contestamos estreñando que no haya adivinado nuestra intención.
Es muy delicioso ir allí, y sobretodo en esto tiempo, por un camino llano, hermoso, superabundantemente bueno; por un camino donde apenas hay polvo, por un camino donde es imposible que tropieze el caballo, pues no se encuentra ni la mas pequeña piedrecilla, debido al celo y á la actividad de los peones encargados de tenerlo arregladito y á la altura de las primeras carreteras de Mozambique y de Angola.
Después de un cuarto de hora de marcha, en cuyo tiempo ha ésperímentado una de las emociones mas dulces y agradables, llegamos á la Línea.
—Qué hacemos ? nos preguntamos, no porque falten diversiones, sino porque es preciso......empezar por no aburrirse.
Esta es una pregunta, dirán algunos, muy fácil de contestar. Después de comer, lo natural es tomar una taza de café y fumarse un cigarro.
Si, señor, eso hacemos, y por cierto que en algunos establecimientos de bebida, nos dan el Muska mas puro y mas legítimo, que pueden ustedes imaginarse.
¡Y todo por la módica cantidad de ocho cuartos !
¡ Quien lo diria !
Después de tomar nuestro esquisito café, damos un paseito por la calle Real. (El que tenga la feliz ocurrencia de llevar un traje negro, vuelve con uno blanco) Esto es muy higiénico después de comer.; y como el pavimento es tan apañado le dan á uno ganas de quedarse paseando toda la tarde. Pero ¡ ay ! no todos son de la misma opinion, y asi no falta alguno que dice : — vamos, señores, vamos y tomaremos unas cañas de manzanilla. (Que es muy rica.)
En efecto, seguimos su consejo, y hétenos ya alrededor de una mesa, blanca (de polvo) como el mármol, y con una docena de cañas delante. Tras de esa, viene otra, y otra, y otra, y... la mar !!!
Concluido esto, y no sabiendo que partido tomar, dirijimos nuestros pasos al Teatro Real, (1) único y esclusivo en su clase en la citada villa) para oir un juguetillo que nos haga reir; pero, como el empresario, (hombre de mucho cálculo) cree que un par de saínetes es poco, nos sopla una piececita, tal como “El Trapero de Madrid," y otras de este calibre; y para fin de fiesta, el can-can.
Este no nos disgusta ! La verdad ! Es lo mejorcillo !
Por último, mudos y estáticos, contemplamos los adelantos del siglo XIX.
¿ Qué es el telégrafo, el ferro-carril, el arte de viajar por los aires y los diferentes y maravillosos inventos que se han hecho hasta hoy, comparados con la máquina á vapor que existe en uno de los cafés ?
Esta ingeniosa maquina, por medio de la cual se pierden á vapor tantisimos cuartos, nos demuestra el alcance de la inteligencia humana, lo mucho que piensan los hombres.
Cuando mas embebidos estamos, viendo salir los bolillos con pasmosa rapidez, oimos una voz que esclama: —Faltan cinco minutos para que dispare el cañón de la tarde.
Como por encanto, salimos de nuestra abstracción y nos precipitamos á la calle dirigiéndonos al sitio donde se hallan los carruajes. Pero oh ! fatalidad ¡ no hemos - tenido la precaución de dejar uno alquilado y nos vemos precisados á volver á pié, pues hasta los ómnibus tienen ya veinticuatro pasajero.: y (no pueden admitir ni uno mas) según la última orden dada por el magistrado de policia.En resumidas cuentas ; llegamos á esta, jadeantes, llenos de polvo, sudando horriblemente y dispuestos á darnos un soberbio baño.
Al dia siguiente, no falta quien diga en tono formal:
—¡ Cuanto nos divertimos ayer !
En honor de la moral y la decencia lastimadas, debemos llamar la atención del Sr. Alcalde sobre las escenas que tienen lugar en los baños de mar próximos á S. Felipe.
No solo, hay Srs. que se permiten llegar hasta el sitio en que se bañan las Sras. sino que entre ellos, hay quien se entra á bañar con su esposa con el objeto de enseñarla á nadar.
Estos hechos, nada cultos ni decentes por cierto, obligan á muchas Sras. á retirarse de alli sin tomar el baño;
Sr. Alcalde, nos vemos precisados á dar publicidad á este asunto por medio de un periódico estranjero, por que en esta población no existe prensa alguna, pero de todos modos esperamos que V. se dignará adoptar las medidas oportunas para que los graciosos tritones, vayan á lucir sus formas un poquito mas lejos.
Luz.- Anoche se iluminaron por primera vez las calles de la Línea de la Concepción, estrenándose los nuevos faroles que el celoso Ayuntamiento de la vecina Villa ha conseguido introducir. ¿si le llegará pronto su turno al camino, que cada día es más intransitable?
Presidente. José Morilla Suárez.
Viccprcsidcnte, Adolfo Pérez Ruiz.
Tesorero, Juan Pavón Duran.
Secretario primero, Francisco Márquez Campos.
Secretario segundo, Melchor Gil Fernández.
Bibliotecario, Andrés Bernat Gil.
Vocales: José Ferrer Alvarez,
Armando Ramos Cabrera, Francisco
Sánchez Velasco y Juan Soto López.
¿Siento una enorme tristeza cuando veo las rejas de una cárcel o las puertas de una escuela mala.
Dos cárceles.
Una es el corolario de la otra; la ignorancia produce el crimen; la mala escuela produce la cárcel.
Los pueblos tienen un corazón:
la escuela.
¿Queréis suprimirla cárcel? Poneale dentro una escuela. De noche se iluminan las calles a causa de los ladrones.¿Queréis seguridad? Iluminad los espíritus y apagad los faroles. Es para las almas delicadas un cuadro doloroso ver a las criaturas durante seis horas en las escuelas sentadas, inmoviles.El niño cuyo organismo físico y moral requiere imperiosamente la agitación, cuya sangre es viva, áspera, inquieta, petulante; el niño, que es todo hecho de alegría, virgen de movimiento rápido, de vibraciones aladas, no puede estar durante un día entero, estúpidamente contrariado, en una posición bestial y monástica.
Se les obliga a estar doblados sobre un libro árido, seco, abstracto; se les inquieta, con el reposo forzado, y cuando soñolientos y cansados levantan los ojos del libro que no entienden, para mirar por la ventana un pedazo de cielo, encuentran ante su mirada tierna, la mirada de un profesor pedante.Dejad correr a los niños, saturadlos de luz, equilibrar su sistema nervioso, y dadle fuerza, movimiento, armonía y libertad.
Un niño no es un vientre, es un ave.
¿Queréis modelar la escuela?
No copiéis al claustro; imitad al nido.
Por eso cuando los niños salen de la clase, tienen una alegría vibrante, radiante, alucinada; gritan saltan, trepan a los árboles, roban los nidos, apedrean a los perros, corren, desaparecen, vuelan como pájaro que huyó de la jaula.
Vuelan, si; la alegría tiene alas.
Es la naturaleza que protesta.
¡La Naturaleza! Palabra santa.
Guerra Junqueiro