sábado, 29 de junio de 2013

Historia del último sitio de Gibraltar por D. Joaquín Santa María

I. Historia del último sitio de Gibraltar por D. Joaquín Santa María

José Gómez de Arteche 



No hay español que al solo nombre de Gibraltar deje de sentir en sus venas el hervor de la sangre.

Y, sin embargo, triste es decirlo, á nadie sino á nosotros mismos debemos los españoles culpar de tamaña afrenta, de borrón tan oscuro en nuestra historia como el que en ella imprime la presencia de una bandera extraña en el suelo patrio.

Cerca de dos siglos hace que flota en el Hacho de la antigua Calpe, y no hemos hallado todavía medios para hundirla en el mar que refleja sus odiados colores, ni ocasión más que para lamentar baldón semejante.

Es necesario decir á los pueblos la verdad, desnuda de esa gárrula hojarasca de la adulación que tiende á encubrir sus debilidades y su deshonor. Y la verdad es que un pueblo como el español que, si de algo peca, es de una arrogancia fundada, sin duda, en las muestras de virilidad que ha dado en su larga historia, y de una pertinacia que se ha hecho en él característica, no ha debido sancionar jamás con su inacción un despojo impuesto por la desgracia propia y la fuerza de un enemigo, cualquiera que fuese.

miércoles, 26 de junio de 2013

Lindes en Sierra Carbonera 1864

 Publicado en el periódico la Iberia del jueves 10 de Marzo de 1864


Tenemos a la vista varias cartas de San Roque (provincia de Cádiz), en que so nos escita a que publiquemos la historia, trazada a grandes rasgos, de un expediente que sobre la Sierra Carbonera debe ser resuelto de un momento a otro, si es que no lo está ya, y en cuya resolución está interesado aquel pueblo.

La historia.—según se nos asegura, -es la siguiente:

Deseamos dar a conocer al país la lamentable equivocación que se cometió al venderse por el Estado varias dehesas que pertenecían al común aprovechamiento, y que por desgracia se calificaron como de Propios. La Sierra Carbonera se halla en este caso, y fué vendida en 5 de julio de 1860, con la cabida de 497 fanegas de distintas calidades. Al dar la posesion al comprador, que lo fué don Joaquín de Moya, se comprendió en dicha posesión el partido de Sabá que nada tenia que ver con la Sierra, pues en este partido se encontraban 12 terratenientes con sus terrenos de labores, adquiridos por justo título. Cinco de estos reclamaron al gobernador de la provincia por haber quedado copados en la demarcación que le diera el comisionado de la Hacienda al rematante Moya. Estas solicitudes se dirigieron el 14 de aposto del año 61, y en lugar de medirse la Sierra, como se solicitaba, se mandó lo contrario, y fue que se midiese á los terratenientes para amojonarles sus terrenos, a lo cual se resistieron, cuyo expediente, que se instruyera a efecto, quedó muerto y sin poderse conseguir se midiese Sierra Carbonera.

El alcalde de esta, don Andrés Rodriguez y Mellado, en vista de tantas quejas de los mencionados terratenientes, se dirigió de oficio al señor Méndez Vigo, haciéndole conocer los graves perjuicios que sufrieran aquellos por haberles privado el comprador de la mencionada Sierra, de todos los terrenos de pastos que disfrutaban como suyos; al momento mandó que se retirasen las tablillas que decían: «Cerrado y acotado.» a los límites de la Sierra que marcaba el Boletín de Ventas, esta medida del gobernador Méndez Vigo, llenó de alegría a tantos infelices, que volvieron a recuperar sus terrenos del partido de Sabá.

Las tablillas permanecieron en los limítese  de la Sierra como un mes y medio y a instancia del comprador se quitaron de la verdadera linde de la Sierra y que marcaba el Boletín de Ventas y se volvieron a colocar por donde le diera la posesión el delegado de la Hacienda: esta nueva disposición del gobierno de provincia, causó un disgusto general en toda la población, y los terratenientes quedaron otra vez copados y despojados de parte de sus fincas. Llega el año 63, siendo gobernador Isasa, y este admite un recurso de los terratenientes, pone en marcha este expediente, y el señor Palarca se hace carpo de este asunto. Ve la justicia con que se reclama, y manda: 1.º que a los terratenientes del partido de Sabá se les mida y amojonen sus terrenos, y se respeten las propiedades de estos: 2.° manda que inmediatamente se quiten las tablillas de donde se encontraban, y se reduzcan ó se remetan a la mojonera de la Sierra y por donde marcaba el Boletín de Ventas , cuya operación se ha llevado a efecto por una comisión mandada por dicho gobernador: y 3.° que se mida Sierra Carbonera para ver la cabida que esta tiene, cuya diligencia se ha practicado por don Venancio Sagrario  y ha resultado de la medida 883 fanegas, siendo las rendidas 497: hay un exceso de más de 300 y tantas, cuyo expediente, formado por la mencionada comisión de investigación, ha pasado al señor gobernador con fecha 8 del mes próximo pasado para su aprobación.»

Aquí terminan los datos; y tanto los vecinos de San Roque como los labradores del partido de Sabá, alimentan la esperanza de que el asunto será fallado en definitiva, respetando todos sus derechos, y por consiguiente de una manera tan justa como favorable a sus gestiones é intereses.

Por nuestra parte excusamos todo comentario.




                                                                 Luis Javier Traverso



 






Artículo del periódico la Iberia del jueves 10 de Marzo de 1864 ubicado el Archivo de la Biblioteca virtual de la Prensa Histórica de España

lunes, 24 de junio de 2013

¡ Ay que línea! 1.841

Artículo publicado en el periódico Fray Gerundio del 16 de Abril de 1841:


Cuando piensa uno en ciertas lineas no quisiera que hubiese matemáticas ni matemáticos, geometrías ni geómetras, rectas ni curvas, paralelas ni espirales, por no traer a la memoria con su nombre la línea de Gibraltar.... ¡ Ay que línea, señores!

En fin para mayor dolor al día siguiente de nuestra llegada dispuso el general inglés Sir Alexandre  Woodford una revista general de todas las tropas de la guarnición , que serán  unos cuatro mil hombres, la cual se verificó en el campo neutral cerca de la línea de España. Con este motivo el general tubo ocasión de ostentar la brillantez y disciplina de sus tropas, y mi paternidad la de observar el esmero que el gobierno británico con ellas tiene. Por cierto que el bueno de mi Pelegrim  no apartaba ojo del batallón  de escoceses que con sus ricas plumas negras de avestruz en las gorras, sus casacas encamadas, su elegante banda   pendiente de los hombros, sus enaguillas de tela de cuadros, sus borlas blancas en la delantera, sus piernas desnudas hasta medio muslo, y sus ligeras sandalias ceñidas a la caña de la pierna con cintas encarnadas, unido a sus altas tallas y sus cabellos dorados, presentan una visualidad tan extraña como agradable que entretiene con placer la atención del forastero.

Ya se ve, el ojo español gerundiano naturalmente se volvía hacia la línea de España, que está del sitio de las maniobras unos pocos pasos, como ansioso de encontrar un cuerpo brillante de tropas españolas en contraposición de las inglesas, como el decoro nacional exige, y como la seguridad misma del estado y sus intereses reclaman. Pero ¡oh desconsuelo! ¡oh secatura! ¡oh admirable sosera gubernamental de mis paisanos! Toda la guarnición española que se ve en la línea de Gibraltar consiste en una cuarta de compañía al mando de un subteniente. «¿Qué dirán (exclamé yo en voz alta sin poderme contener) ¿qué dirán los extranjeros al ver el número y brillo de las tropas inglesas de la guarnición, que ellos cuidan muy bien de ostentar, y su servicio riguroso de campaña, y ese peñasco erizado de cañones, cuando se dirigen después a
la línea de España y encuentran por todo ejército un piquete como el que va a hacer la guardia todos los días a la fábrica de cigarros de Madrid, las fortificaciones y cuarteles del campo de San Roque reducidos a  escombros, raso y desmantelado todo a guisa de robado hospital ? ¿Qué idea formarán de nuestro país los extranjeros de todos líos países del mundo que cada día a esta plaza acuden? ¿No hay un batallón siquiera de los de ese ejército español capaz de asustar a la Europa, que poder mandar a esta linea para que vean los ingleses y los extranjeros todos que en España tenemos ejercito ya que otra cosa no tengamos?

Si señor que hay, me contestó Pelegrin que escuchándome sin yo advertirlo estaba: batallones tenemos, y muchos, tan bien vestidos y mejor que los colorados estos que asi Dios me salve sino parecen todos cangrejos de medio cuerpo arriba; pero los batallones nuestros están mejor alrededor de Madrid metiendo miedo a la corte y a las cortes.

—¡Qué diferencia , Trabeque, del trato que se da a estos soldados al que se da a los nuestros! Estos bien vestidos, bien pagados, bien comidos; en la carnicería escogen siempre la mejor carne, y si la que les dan  no les parece buena, se la arrojan al carnicero y hacen que les de otra mejor. Los nuestros mal alimentados, fin pagas, descalzos muchos de ellos....—Así es la verdad, señor; pero que se pongan estos guapos con nuestros desarrapados; que se pongan estos coloraditos que tanto, comen, tantos a tantos con nuestros hambrientos; que salgan allí a esos campos de Dios y se arme una chamusquina a ver le cuales vuelven menos a los cuarteles a contar lo que han visto.








                                                                 Luis Javier Traverso



 






Artículo del periódico Fray Gerundio en la página 285 ubicado el Archivo de la Biblioteca virtual de la Prensa Histórica de España

jueves, 20 de junio de 2013

Descripción de San Roque realizados por Pascual Madoz en el Tomo XIII del Diccionario Geográfico Histórico de España y sus posesiones de alta mar. 1849

Descripción de Ciudad de San Roque y su Campo realizados por Pascual Madoz en el Tomo XIII del Diccionario Geográfico Histórico de España y sus posesiones de alta mar.

Partido judicial de entrada en la provincia y de Cádiz. Compuesto de una ciudad y tres villas, las cuales forman cuatro ayuntamientos, que en lo judicial y militar corresponden a la audiencia territorial y de Sevilla, y en lo marítimo al departamento del nombre de la provincia. Y a distancia que hay de los pueblos del partido a los puntos expresado.

Situación, clima y vientos:

Se halla situado este partido al S. de la provincia en el golfo de Gibraltar y costa del Mediterráneo; los vientos que generalmente reinan son los del E. y O. los que ocasionan un clima plácido y sano, siendo las tercianas (*) las enfermedades mas comunes.

Límites;

Confina el partido por el N. con el de Grazalema; E el de Gaucín provincia de Málaga; S. Golfo de Gibraltar y partido de Algeciras, y O. Medina Sidonia y Chiclana, su extensión tanto de N. a  S. como de E. a O. es la de 6 leguas.  Participa de llano y monte; los mas notables de estos son los de Castellar, los cuales contienen mucho arbolado de chaparros, quejigos, acebuches y fresnos. El terreno es de buena calidad, especialmente el de Jimena, Los Barrios y una parte del de San Roque, siendo los restantes y el de Castellar de mediana y casi todo de secano. Cruza el término del partido el río Guadiaro que corre de N. a E. y el Guadarranque de N. a  S., aquel tiene en su  margen izquierda la Villa de Jimena, y las aguas de ambos no se aprovechan en nada en beneficio de las tierras. Por diferentes puntos de los montes mas o menos elevados que descuellan en todo el terreno brotan infinidad de manantiales de buenas aguas de las que usan los vecinos de los pueblos que constituyen el partido, bien tomándolas en los mismos nacimientos, bien llevándolas por medio de cañerías o acueductos a las poblaciones, utilizando las sobrantes en el aprovechato de varias huertas. Cruzan el partido los caminos de Gaucín, Jimena, Estepona, Los Barrios y Algeciras, siendo todos de herradura, excepto el que va a la Plaza de Gibraltar que es de ruedas. Las producciones mas notables son Trigo, cebada, maíz  habas, garbanzos, otras semillas y algunas frutas y verduras, de cuyos artículos solo se exportan como sobrantes el maíz y los altramuces:, importándose de Algeciras y la Serranía de Ronda algún trigo, cebada, habas y otras semillas alimenticias, vino, jabón, aguardiente, aceite y vinagre y géneros ultramarinos, en lo cual consiste el comercio de este partido. La industria está circunscrita al trabajo de las tierras y al desempeño de los oficios y artes mas necesarios en toda población.


Estadística criminal. 

Los acusados en este partido judicial en el año de 1843 fueron 63, de los que resultaron absueltos de la instancia 2, libremente 2, penados presentes 41, contumaces 18; reincidentes en el mismo delito 1, en otro diferente 1; de los procesados 7 contaban de 10 a 20 años, 33 de 30 a 40, y 7 de 40 en adelanto; eran hombres 59 y mujeres 4: solteros 34 y casados 18; sabían leer y escribir 11 ; ejercían ciencias o artes liberales 6 y 34 artes mecánicas; de 11 acusados se ignoraba la edad y el estado, de 52 la instrucción y de 19 el ejercicio.

En el mismo período se cometieron 41 delitos de homicidios y de herida con un arma de fuego de uso lícito, 6 armas blancas permitidas, 10 prohibidas, un veneno y 2 instrumentos o medios no expresados.

A continuación insertamos el siguiente

Población: 

Vecinos - 1754 
Almas - 5693

Estadísticas Municipales
Electores:

Contribuyentes - 482
Capacidad - 2
Elegibles - 468

Alcaldes - 1
Tenientes - 1
Regidores - 1
Síndicos - 1
Suplentes - 1

Reemplazo del Ejercito
Jóvenes alistados de edad de:

18 años - 107
19 años - 86
20 años - 132
21 años - 94
22 años - 52
23 años - 54
24 años - 48
Total - 573

Riqueza Imponible

Por Ayuntamiento - 412105 Rs. vn.
Por vecino - 234,32 Rs. m.
Por habitante - 72,13 Rs. m.

Contribuciones

Por Ayuntamiento - 225489 Rs. vn.
Por vecino - 128,19 Rs. m.
Por habitante - 39,21 Rs. m.
Tanto por ciento de riqueza - 54,72

Nota: La contribución de culto y clero comprendido en las que presentan los datos anteriores, debe importar rs.vn. 113,434 al respecto del 8,02 por ciento de la riqueza imponible del partido y su relación con la población, es de 28 rs. 1 mrs. por vecino y 7 rs. 28 mr por habitante.
                 

Ciudad con ayuntamiento, cabeza del partido judicial de su nombre, administración de rentas subalterna y caja de correos para Ceuta v varios otros puntos de la Península  en la provincia y diócesis de Cádiz (17 leg.), audiencia territorial y ciudad g. de Sevilla (25).


Situación y clima.

Hallase esta ciudad situada al N. de la linea equinoccial a los 36º 7' lat. y a los 8º y 6' de long. en una colina casi circular y elevada unas 90 varas del piso mas bajo hasta la plaza mayor. Su temperamento es de lo mas sano por la pureza de los aires que limpian su atmósfera, siendo los tabardillos  (**) y algunas calenturas las enfermedades mas comunes.

Interior de la población.

A pesar que en esta ciudad son todavía de cuerpo bajo mas de la mitad de sus edificios, con todo, los hay de dos cuerpos y aun de tres con bastante extension y buenas comodidades interiores, adornadas sus fachadas con rejas y balcones con persianas en estos, generalmente dadas en verde. Las calles y callejuelas en número de 33 son de cinco, seis y siete varas de ancho, embaldosas las principales y con buenos faroles para el alumbrado. La casa municipal está en la plaza mayor habiendo sido reedificada el año de 1841. Hay en esta ciudad un pósito público formado, de cuatro naves de bastante extensión; casa de niños expósitos y hospital para pobres enfermos, cuyos establecimientos se encuentran situadas en las últimas casas del pueblo, camino de Guadiaro, en un edificio de grande extensión pero inhabilitado mucha parte de él; tres escuelas de primera educación concurridas por 288 niños, dotadas con 240 rs. mensuales de los fondos de propios; una enseñanza de niñas con 81 discípulas y varias casas particulares; una iglesia parroquial (Sta. María de la Coronada) servida por un cara de segundo ascenso, un teniente, un beneficiado y varios sacerdotes: el templo consta de tres naves con varias capillas de buen gusto. La casa llamada castrense estaba ocupada por religiosos mercenarios descalzos, en la cual había una pequeña iglesia que ha servido de ayuda de parroquia en la cual está enterrado el célebre escritor y coronel de ejército D. José Cadalso, muerto en la batería ele San Martín cuando el célebre sitio de Gibraltar. Había también un pequeño convento de frailes franciscos, que se denominaba Hospicio de San Francisco, cuya casa se ha convertido después de varias obras en ella practicadas en cárcel pública.

Hay un oratorio con la advocación de San Felipe Neri; extramuros de la población una ermita con el nombre de ella, y un cementerio en el camino de Guadiaro, que en nada perjudica á la salud pública. Al O. de la ciudad, pero contiguo á las últimas casas en el camino de los Barrios, hay una bonita alameda con varios árboles, y al S. casi en lo mas alto de la población está el sitio llamado los Cañones por dos que había cuando el bloqueo de Gibraltar en 1727; dicho sitio es de lo mas deleitoso y pintoresco, pues desde él se ven las costas de África, las plazas de Ceuta y Gibraltar, Algeciras, la entrada del Estrecho, la isla de las Palomas, las sierras de los Barrios, Castellar y Jimena, los ríos Palmones y Guadarranque y la ensenada que forma el mar entre Algeciras, Gibraltar y el puente Mayorga, en cuya ensenada se ven en algunos días hasta 450 buques de todos portes y una porción de vapores en diversas direcciones.

Término.

Al de esta ciudad. le sirve de limite por el N. el río Guadiaro, que lo es a la vez de las provincia de Cádiz y Málaga; por el E. el Océano; S. limitan el termino las fortificaciones que separan su Campo del de Gibraltar, y por el O. el golfo de este nombre y la jurisdicción de los Barios. Los ríos que en él se encuentran son: el Guadiaro que desagua en el Mediterráneo después de haber recorrido unas 12 leg. de extensión; sus aguas son perennes pero escasas en tiempo de verano: el Guadarranque rinde su caudal en el Océano, trayendo su dirección de N. a  S.; ambos rios se vadean por diferentes puntos y en las épocas de invierno tienen barcas de paso. A 4/1 leg. de San Roque se forma el arroyo de los Molinos; sus corrientes son de N. a  S. y las lleva al Guadarranque; este arroyo tiene distintos nombres. El arroyo conocido con  el nombre de Colmenas se forma de una pequeña laguna llamada Charco de Moya; el de la Gloria se une al de Lumini, pasando ambos por la Puente de Mayorga a la ensenada de Gibraltar. Existen otros de menos consideración y una porción de manantiales de buenas aguas. En el término de esta ciudad hay tres puntos militares, mas sus vecinos están sujetos al gobierno civil y político de la misma; aquellos son, La Línea, el Campamento y el Puente de Mayorga. en los cuales existe un celador que cuida del orden.

Terreno y sus circunstancias.

A pesar de que todo él esta casi a nivel desde N. a  S., con todo tiene muchas desigualdades por causa de los arroyos, barrancos, riscos y sierras, siendo las mas notables la Carbonera, la del Arca, Almenara y la de los Guijos. El terreno comprenderá unas 24.000 fanegas de tierra, divididas con igualdad, en unas con arbolado de toda especie y monte bajo, 30 haciendas o caserios, 35, huertas y huertos y 7 viñas, y la otra mitad de tierras labrantías de 1ª., 2ª. y 3ª. calidad.


Caminos.

Lo es carretero el que conduce a Gibraltar, a Algeciras, los Barrios y al extinguido convento de Almoraima, y los restantes de herradura. En esta ciudad está la caja de correos para Ceuta, Tarifa, Algeciras, los Barrios, Gibraltar, Jimena, Casares y Manilva. Ademas del correo general que se recibe y despacha tres veces en la semana, hay dos estafetas, una para Cádiz y otra para Málaga. Hay casa de postas, caballos de alquiler y calesas para ir con prontitud a los pueblos inmediatos.

Producciones.

La mas abundante es la del trigo, pero insuficiente para el consumo del público; se coge también maíz, habas, garbanzos, cebada, alberjones, yeros, sandias, higos y otras frutas; hay ganado lanar y vacuno y caza menor.

Industria y comercio.

Hay una fabrica de cuerdas de pita, dos de licores, una de fideos, otra de curtidos de pieles, una de jabón, varias alfarerías y algunos molinos harineros; el comercio está reducido a la importación de cereales y otros artículos de primera necesidad, y el que se hace al por menor en algunas tiendas de géneros de uso frecuente.

Población y riqueza. 

Hay en San Roque y su tierra. 4.754 vecinos , 7.619 almas. La riqueza productos, asciende a 8.073.760 rs. y la imponible a 291.720. El presupuesto municipal ordinario asciende a 228,426 rs., los cuales se cubren con el producto de propios y arbitrios.

Historia.

Con motivo de la pérdida de Gibraltar, se edificó esta población en 1704. En ella se hallaba el general Don Francisco Javier Castaños, cuando se declaró el imperio francés enemigo de la independencia española. Desde luego entabló este general relaciones con sir Hugo Dalrymple, Gobernador de Gibraltar, y no suspendió sus tratos aunque llegó a su cuartel general el oficial francés Boquiat con grandes proposiciones para apagar sus sentimientos patrióticos.

Apenas recibió Castaños la invitación de la Junta de Sevilla para secundar el alzamiento de aquella ciudad, se pronunció abiertamente con los 8.941 hombres de tropa reglada de su mando. En septiembre de 1811 el coronel francés Rignoin se dirigía sobre San Roque, y las tropas del general Ballesteros le acometieron de súbito por frente y costado y fue batido con pérdida de 600 hombres. Después, en 14 de octubre, Ballesteros viendo que los generales Godinot, Semelé y Barróns se dirigían contra él con fuerzas considerables, se abrigó del cañón de Gibraltar. Los franceses al mando de Godinot llegaron al Campo de San Roque y se extendieron por la derecha de Algeciras: escasos estos de víveres se retiraron después de algunas tentativas inútiles que ensayaron por esta costa; acosándoles Ballesteros la retaguardia,

(*) Fiebre que se repite cada tres días: las tercianas suelen ser manifestaciones de una enfermedad infecciosa. Enfermedad propia del medio, según acertada definición de Fernand Braudel, las tercianas estaban estrechamente vinculadas a la vida cotidiana del campesinado. De ahí que sus efectos, al ser bien conocidos y esperados verano tras verano, se asumían sin grandes perturbaciones con una mezcla de fatalismo y resignación. Y aunque habitualmente no provocaran crisis demográficas su alto poder invalidante para el trabajador agrícola deparaba consecuencias muy negativas desde el punto de vista económico, al coincidir sus embates con los períodos de recogida de diferentes cosechas.



Hoy en día sabemos que el paludismo (fiebres tercianas) es una enfermedad infecciosa producida por un parásito -plasmodium- que vive en la sangre (Laveran, 1880), que precisa de una temperatura relativamente elevada para desarrollarse y que transmite la hembra del mosquito anopheles (Ross, 1897). Pero durante el siglo XVIII esto se ignoraba y, por ello, circulaban diferentes teorías acerca de su etiología. Había quien sostenía que las fiebres eran producto de las alteraciones climáticas anuales (Sydenham); otros atribuían el mal a la corrupción de las aguas empantanadas (Willis, De la Boe), afirmando que de ellas se desprendían fluidos que circulaban libremente por el aire, se introducían en el organismo humano y ocasionaban las fiebres. Esta teoría fue desarrollada por Giovanni María Lancisi, el más importante teórico del contagio a partir de la putrefacción de las aguas embalsadas, quien señaló que las tercianas eran causadas por vapores inorgánicos y orgánicos emanados de los pantanos y charcas como consecuencia del calor estival. De ahí que propusiera el desagüe y colmatación de las lagunas y áreas pantanosas como la solución más eficaz para conjurar el problema.  http://blogs.ua.es/eltiempodelosmodernos/tag/tercianas/   dentro del Blog El Tiempo de los Modernos. Blog de Historia Moderna 

(**) Tabardillo  Enfermedad parecida al tifus, con fiebre alta y continua, alteraciones nerviosas y sanguíneas, y una erupción que cubre todo el cuerpo.







                                                                 Luis Javier Traverso



sábado, 15 de junio de 2013

Descripción de la Bahía de Gibraltar en 1846

Descripción de la Bahía de Gibraltar realizados por Pascual Madoz en el Tomo I del Diccionario Geográfico Histórico de España y sus posesiones de alta mar.

Se basó para la descripción de la Bahía, del Derrotero de las costas de España en el Mediterraneo, escrito por el distinguido Brigadier de la Real Armada D, Vicente Tofiño de San Miguel y enriquecido y enmendado considerablemente en 1832 por la Real Dirección de Hidrografía.



Al N. y distancia de 2 3/4 millas largas de la isla Verde, está la embocadura del río Palmones (a 1/4 de milla E. SE. de la cual, se halla la torre de Entrerios, así nombrada por encontrarse el río Guadarranque de poca consideración, a igual distancia y rumbo de la torre), cuyas puntas son aplaceradas, en particular la del S., que aparece en la baja mar muy saliente en vuelta del E.: el río es muy caudaloso, y en invierno se acogen a él las mayores embarcaciones del trafico de Algeciras. Al N. 73" 00', E. 1 1/3 milla de la torre de Entrerios, está el fuerte de Mirador, de figura irregular, con 4 cañones, y como queda dicho, sobre una pequeña eminencia cerca de la playa; y a 1/6 de milla al N. 71º. O del fuerte, la torre de del Rocadíllo. Como a 1/4 al ESE. del fuerte del Mirador, se ve la punta del Gallo de la que sale casi a igual distancia al S. 1/4 SE. un arrecife de piedras, que recogiéndose hacia la costa del O., y por tanto a menor distancia de día, la guarnece hasta la medianía del espacio que media entre dicho fuerte y el río de Guadarranque. Siguiendo la costa, forma esta desde la punta del Gallo para el E. hasta Punta Mala, un poco de ensenada,en cuya medianía y exactamente al N. 34° 19' E. de la isla Verde, está el puente Mayorga, sobre el río del mismo nombre, que es poco caudaloso. Sobre la altura de Punta Mala se halla el castillo del mismo nombre a N. 56° 15' O. del de San Felipe; al N. 33° 15' O. del muelle viejo de la plaza de Gibraltar; al N. 19° 10' O. del muelle nuevo y al N. 13" 35' O. del Ancho de la Almina de Ceuta; al N. 22º 26' E. de lo mas saliente de la punta del Carnero; y al N. 43º 10' E. de la isla Verde. Es peligrosa la inmediación de la Punta Mala, porque la rodea un arrecife de piedras, descubiertas unas, y otras ocultas, que sale al SO. y como a dos cables de ella. Antes de llegar a esta punta, al N. 12° O. de su castillo, como 1/3 de milla, y precisamente en latitud de 36" l0' 45" está el hospital de la Sangre, que se construyó con este objeto en la guerra de la independencia, y fue donde se estableció el observatorio para levantar con todo acierto la colección de cartas, a que sirve de complemento el Derrotero que hemos mencionado. El castillo de San Felipe, que es el extremo occidental de nuestra línea, se halla como se dijo, al S. 56° 15' E. de Punta Mala, a 8,200 pies de Burgos, (mediando entre ambos puntos un pequeño riachuelo.) y al N. 16" O. de la vigía que está en la eminencia del monte de Gibraltar: al N. 12° 9' O. de la puerta de tierra: al N. 00º 16' E. de su muelle viejo; al N. 1º 21' E. del nuevo; al N. 33" 45' E. de la punta del Carnero: al N. 59° 2' E. de la isla Verde, y al S. 64" 29' E. de la torre del Mirador. El extremo oriental de nuestra línea es el Castillo de Sta. Bárbara, cuya asta de bandera con la del de San Felipe corren N. 84° O., y al contrario la distancia de 3/4 de milla. Hallase el primer castillo al S. 41° 14' E, de la vigía de la Pedrera; al S. 23° 35' E. de la sierra Carbonera; al S. 7° O. de la batería de la Tunara; al S. 12" 20 O. de Torre Nueva; al S. 19° 47' O. de la torre Carbonera, y al N. 2º 14' E. de lo mas oriental del monte de Gibraltar. Desde ambos extremos de nuestra línea sigue al S. el terreno bajo, y recogiéndose hasta la parte N. del monte de Gibraltar, que se eleva súbitamente a la enorme altura que tiene, siguiendo desigual su cumbre con picachos para el S., hasta cerca de lo mas meridional; aquí desciende el terreno formando dos planicies, llamándose punta de Europa el extremo de la mas baja, la cual constituye el extremo .septentrional oriental del Estrecho, tan conocido de todo navegante. Esta punta se halla en latitud de 36"6' 15", y en longitud, de 00º 56' 29"; al 14" E. de la punta Leona, tierra la mas saliente N. de la costa de África, y meridional del Estrecho; al N. 29° E. de la punta de Cires en la misma costa; al N. 65° E. de la del Carnero; al S. 77" 30' E. de la isla Verde, y al N. 11° 40' 0. del Acho de la Almina de Ceuta, que es el extremo meridional oriental del Estrecho. La mayor altura del monte de Gibraltar, que es el Macho, ó extremo N., se eleva sobre el nivel del mar 510 varas: la parte E. del monte es tajada a pique; pero la del O. ofrece en su remate alguna llanura, en la cual se halla la población de Gibraltar, tendida, según lo permiten las fortificaciones, por el frente de las murallas.

Dos son los muelles de Gibraltar y varios los fondeaderos de la bahía. El muelle viejo sale al principio N. de la ciudad, a distancia de 1,100 pasos hacia el NO. 1/4 O..- y a 1/4 milla mas al S., 700 pies al NO. el muelle nuevo, que con un recodo que hace la costa, forma un abrigo que puede resguardar algunas embarcaciones, de que se aprovechan en particular las de guerra en el invierno en 5 ó 6 brazas de fondo las mas foráneas.

El mas seguro, y el mejor fondeadero para todo tiempo y clase de embarcaciones; es desde la medianía de la ciudad de Algeciras para el río Palmones y Puente Mayorga: el principio de esta terminación o limite es después de haber pasado para dentro de las dos enfilaciones siguientes; la punta del Carnero por la medianía de sierra Ballones, y la piedra de la Galera por el extremo S. de la ciudad.  Sin embargo, debe preferirse en este espacio el que media entre la punta del Rocadilo y rio Palmones, y entre este y Puente Mayorga; advirtiendo que en este último límite se recoge el veril de modo que en las 25 brazas solo se dista de la costa 1/2 milla, pues a mayor distancia se dará en crecido fondo: así es que, por regla general, no debe dejar caer el ancla sin venir sondando, quien no tenga un perfecto conocimiento del suelo de toda la bahía, a fin de evitar no caiga en mucho fondo, o que acaso no lo encuentre. Puede también fondearse desde Puente Mayorga hasta el castillo de San Felipe, teniendo presente que es fondo nada seguro el de las cercanías al arrecife de punta Mala, y bueno y mas aplacerado el que continúa al castillo de San Felipe y al muelle viejo de la plaza de Gibraltar, bajo cuyo tiro, de cañón es el fondeadero de los ingleses, a su abrigo las embarcaciones menores, y por fuera las grandes. Frente del espacio comprendido entre los dos muelles mencionados, es buen fondeadero para el agua que se quiera a 1/2 milla de la muralla, sin acercarse demasiado a ella, por las piedras salientes que hay, ni separarse mas a fin de no dar en mucho fondo. Por último, desde el muelle nuevo hasta la punta de Europa, y aun al S. de ella, también se puede estar fondeado, aunque por mayor agua a igual distancia de tierra que la señala (*).

Deben tenerse algunas precauciones a la entrada y salida de la bahía. Cuando se llega a fondear tanto en su costa occidental, como en la del N. o delante de la plaza, no hay fuera de lo visible mas resguardo que dar, si se fuese de O., que al bajo de la Perla, situado al S. 9" O. de la punta del Carnero 1 1/6 milla, sobre el que se hallan de 2 1/2 a 4 brazas piedra; y a dos cumplidos de navío, así por su parte de tierra como por la de afuera, hay de 7 a 10 brazas, fondo que se encuentra por todo el canal de entre el bajo y la costa. Pero si se fuese de E., se pasará a una regular distancia de punta de Europa, pues no es conveniente acercarse demasiado; así porque el monte de Gibraltar hace abrigo del E. y rechaza el O., si son bonancibles, como porque las corrientes son muy fuertes con revesas en sus inmediaciones. Viniendo de levante con este viento a fondear desde Palmones para el E., si es recio, se procurará apartar del monte hasta media bahía, para huir de los remolinos del viento que sopla con furia por las quebradas; y desde este sitio se ceñirá para el N., donde corre el viento seguido, y en bordos cortos se fondeará donde se desee. Ya de la banda de adentro de puertas, se irá para el fondeadero que se quiera, según el fondo y calidades indicadas, y según el motivo: porque viniendo de arribada y para continuar la navegación hacia el O., deberá irse a las inmediaciones de Puente Mayorga, posición ventajosa para con el E. rebasar de la bordada la punta del Carnero; pero si se hubiera de continuar para el E., se deberá fondear desde lo mas N. de Algeciras, a las cercanías del río Palmones, separándose de la citada enfilacion de las dos torres, para montar punta de Europa con los vientos que vienen del O. En el invierno, el fondeadero de Palmones al fuerte del Mirador, es el mas cómodo, porque se logra en él el único abrigo del viento y mar del SE., que es allí el mas peligroso, amarrándose NE. SO. con el ayuste al primero, desde Puente Mayorga para Algeciras; y NO. SE. con el ayuste al segundo, desde el puente para la plaza, por ser en este sitio mas dañosos los vientos del SO. Si la posición señalada para el rumbo que debe seguirse, no se hubiese podido tomar desde luego que se entró, á causa de ser el viento en la bahía, como sucede, distinto del que corre por fuera, se deberá mejorar oportunamente, para que le coja el viento que se desea, con ventajosa situación.


Para embocar el Estrecho por su parle del E., si esta claro el tiempo, se verá hasta 40 millas el monte mencionado, que irá presentándose aislado y mas alto al N. que al S., y al mismo tiempo se descubrirá también aislada Sierra Bullones en la costa de Africa, y por tanto se tendrá franqueada la boca del Estrecho, y se embocará con franqueza. Ya se dijo que es bajo el terreno que media entre el monte de Gibraltar y nuestra línea: desde aquí sube hasta la torre de la vigía de la Pedrera, y desde ella sigue elevándose hasta formar una alta sierra, tendida y unida, llamada de la Carbonera, en cuya eminencia hay otra vigía a distancia de 3 millas de lo mas septentrional del monte; denominándose ensenada de la Mala Bahia de la Tunara, la costa oriental que media entre ambos puntos. A veces, estando el tiempo oscuro, se suele padecer el engaño de tomar el monte de Gibraltar por sierra Bullones, y la Carbonera por el monte, e irse por consiguiente a ensenar y perderse con los vientos del E. y SE. en la Tunara, tomada por el Estrecho. Sucede también equivocar a sierra Bullones con el monte; y como las tierras al S. de aquellas son también bajas, acaece el ensenarse y perderse con los vientos del NE. y E. en la ensenada de Tetuan (África). Para precaver ambos inconvenientes se hace preciso recorrer a su vista la costa de España, con conocimiento de toda ella, hasta, ver la sierra de Estepona (Málaga), que con su marcación a poca diligencia que se haga por el monte, habrá de verse; para lo cual se tendrá presente, que lo mas alto de dicha sierra, y lo mas oriental del monte, corren al S. 17° 30' O. Sin esta bahía, con tiempos cerrados y mucho viento; es temeridad dirigirse a embocar el Estrecho, y será lo mas prudente aguardarse en bordos; pues las corrientes generales para el E. favorecen mucho.

En la bahía de Algeciras y Gibraltar sucede la pleamar a la una de la tarde, los dias de conjunción y posición, y las mayores mareas ascienden de 5 á 6 pies.


(*)  Aquí advierte el Derrotero, para apoyar las noticias que consigna, que como razones de estado pudieran impedir el reconocimiento del fondo do la bahía, bajo el tiro de cañón de la plaza de Gibraltar, el fondo que marca en el plano correspondiente, en este sitio, es sacado de otro plano ingles, publicado en 1781 por un Oficial que estuvo empleado en dicha plaza desde 1769 hasta 1775, cuyo trabajo debe suponerse exacto. Que todos los demás señalamientos del fondo son tan ciertos, como que para cada escandallada se hacían al minuto dos o tres marcaciones desde tierra con dos teodolites, y cuando se necesitaba de la tercera, se hacia con una aguja acimutal. La medida de la sonda es de Burgos.






                                                                 Luis Javier Traverso



miércoles, 12 de junio de 2013

La Infanta visita Algeciras, San Roque, La Línea y Gibraltar en 1849



—La Infanta en Algeciras y Gibraltar.— Con fecha 10 del actual escriben de Algeciras lo siguiente:

Ayer a las diez de la mañana llegaron a esta ciudad SS. AA. procedentes de Ceuta en el vapor Alerta, habiendo hecho la travesía en dos horas escasas. Fueron recibidos con los honores que les corresponden, y en el desembarcadero se había adornado la escalinata con banderas y alfombras. A la entrada de la Marina aparecía un templete de bastante elevación, formado de arbustos y banderas. A lo último de la calle Larga y antes de entrar en la plaza Alta, se elevaba un arco gótico del mejor gusto con inscripciones alusivas al objeto.

Toda la carrera que llevaron sus Altezas estaba enarenada para que el movimiento del coche fuese lo mas suave posible; las casas ostentaban las mas vistosas colgaduras, y la concurrencia era inmensa, no solo de esta ciudad, sino de los pueblos vecinos; de modo, que uniendo a lo dicho la brillantez de las tropas y del acompañamiento que seguía a sus Altezas, presentaba este pueblo la animación mas sorprendente.

En cuanto llegaron SS. AA. a su alojamiento, que era la magnífica casa del señor Linares, ricamente adornada para el caso, desfiló la tropa por su presencia, y a las dos horas recibieron el besamanos. A las dos de la tarde fueron a la iglesia donde se cantó un Te-Deum con toda solemnidad por una reunión de aficionados, retirándose después a su casa.

Comieron con SS. AA. el Excmo. Sr. General Lara y demás autoridades, y por la noche se dignaron presenciar los fuegos artificiales dispuestos en la plaza Alta, y el combate que se tenia preparado entre los buques de guerra surtos en la bahía y las tropas del ejército situadas en la playa, retirándose a mas de media noche.

Hoy a las nueve de la mañana han marchado SS. AA. a Gibraltar, acompañados del señor General Lara, donde han sido recibidos con la correspondiente salva. Han debido ver las escavaciones que al efecto estarán iluminadas, las fortificaciones, el Hacho y demás particularidades. Ademas del gran banquete con que aquel general gobernador quiere obsequiarlos,  tiene preparado un magnifico baile.

Mañana 11 saldrán de Gibraltar para visitar la Línea y San Roque, volviendo a esta ciudad por la tarde  en el vapor que fueron; y se cree que en el siguiente dia 12 marcharán para Tarifa, donde se detendrán pocos momentos a fin de llegar en el mismo al Puerto de Sta. María.

                                                                                El Clamor Público del  18 de julio de 1849



                                                                 Luis Javier Traverso







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La Aduana en el Clamor Público del 15 de agosto de 1851

Las noticias que nos da sobre el cólera nuestro corresponsal de Gibraltar demuestran la necesidad de adoptar medidas eficaces y prontas contra aquel cruel azote:

GIBRALTAR 10 DE AGOSTO,

Con motivo del incremento que el cólera va tomando en Oran y demás puntos de la Argelia han emigrado muchos de sus habitantes para sustraerse del contagio. Diez buques hay surtos en esta bahía procedentes de aquellos puntos cargados todos de pasajeros. Estos están observando una cuarentena de 10 días contándose desde el día que salieron de África, según juramento al efecto del respectivo patrón. Tal ha sido la decisión de este Junta de Sanidad; pero no pareciéndole a la de Algeciras suficiente observación la citada y si que deberían dichas embarcaciones, pasajeros y cargamentos pasar el Lazareto de Mahon, lo manifiesta así aquel Comandante General a este Gobernador, añadiendo que se verá obligado a cortar toda comunicación de la Plaza con las afueras, si como el delicado caso reclama, no se observa mas escrupulosa cuarentena. En tal estado las comunicaciones, aparece anoche un aviso del Secretario del Gobernador Civil en la Crónica, que dice así:

   «Habiendo recibido el Gobernador una comunicación oficial del General que manda las fuerzas de S. M. C. en el distrito adyacente, relativa a la llegada  a este puerto de buques de Oran y otros puntos de la Argelia, se apresura S. E. a prevenir a los individuos de Gibraltar  y particularmente a los que residen en San Roque y campamento, que este puerto y Plaza pueden de un momento a otro ser puestos incomunicados


Felizmente hasta hoy nos tiene el Cielo a salvo de tal azote, pero lo importante del caso recomienda que los dos generales deben mirar con madurez el asunto, tanto por lo terrible de las circunstancias en una plaza de tan apiñado vecindario, como por lo perjudicial de incomunicarnos con el Campo, lo que sin duda seria un mal para aquellos y para nosotros.

Los vecinos de esta harían bien en desechar tanta apatía y orientar de ello al Gobernador por medio de un manifiesto. Lo propio deberían hacer los de afuera con su General.

A propósito de instancias, paso a comunicar gustosamente el resultado de una que es altamente satisfactoria para los moradores de Gibraltar, para los de su Campo y los inmediatos de la Serranía de Ronda.

Está gravando desde 1806 un oneroso derecho de recaudación en esta Puerta de la Linea a todo género o comestible que se nos importa, aunque se infringió así el tratado de Utrech, que expresa terminantemente que nada deban pagar. Lo insoportable de este derecho iba retirando mas y mas a los vendedores de ganados, frutas,vinos, recovas, yerbas, manufacturas, etc.; de modo que lo recaudado excedía casi nada a los gastos de recaudación resultando así poca utilidad a la hacienda, el atraso de aquellos productores y la ruina de trajinantes que en cabalgaduras, al hombro, o arreando conducían dichas mercancías, por lo cual utilidad refluye en beneficio de los portugueses y Africanos que a pesar de la distancia y de la dificultad de pasar el Estrecho de de Hércules si el tiempo es contrario, proveen exclusivamente un mercado, cuyas 24 mil almas saben muy bien regalarse, y cuyo reducido, peñascos o  arenisco suelo produce muy poco.

Así las cosas, se ha conseguido una real orden que tendrá efecto desde primero, de enero próximo venidero, suprimiendo dicha recaudación y dejando libre enteramente el paso de la Línea de todo efecto de comer, beber o arder, etc.

Grande será el beneficio que esta medida causará a los vecinos de esta, pues con la concurrencia de los nuevos vendedores bajará el precio de las mercancías. Ya antes de ahora tengo hablado de la riqueza que muchos pueblos de por aquí poseen ( y que vergüenza es decirlo están  explotando los africanos ) con la inmediación del mercado del Gibraltar. Pueden muy bien y en particular San Roque tener doble número de huertas, establecer frutales, viñedos, multiplicar los ganados, la recova y todo lo que consume esta plaza, que repito es bastante aunque nada produce.


                                                                           El Clamor Público del 15 de agosto de 1851



   Luis Javier Traverso







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lunes, 10 de junio de 2013

Breves Noticias en el Periódico el Clamor Público del 22 de noviembre y 11 de Diciembre de 1850

 —Falta de un cementerio.—

Con fecha del 12 nos escribe lo siguiente nuestro corresponsal de Glbraltar:

Se repite una lamentable escena en estas afueras que sugiere melancólicas reflexiones. Con frecuencia acontece que al pasar por el camino de San Roque a la Línea se tropieza de pronto con un fúnebre, pero triste y quizá miserable espectáculo. Los vecinos de este punto, aunque son mas de 200, carecen de un cementerio. Al ocurrir una defunción, se ven precisados a conducir el cadáver al de San Roque, que dista cuatro millas. Cuando la desgracia acontece en una familia rica, hacen la travesía con decoro, aun cuando no les sea grato el plus de gastos del viaje del finado y acompañamiento; pero cuando sucede en familia pobre, resulta ser un escarnio, una vergüenza todo el tránsito de la conducción hasta la inhumación. Empiezan por la dificultad y trabajo de tener que buscar el importe del alquiler de un carro, mendigando ya en aquel punto, ó tal vez en esta ciudad, haciéndose por consiguiente precisa la detención del cadáver, pero no la de la putrefacción. Vencida la gran dificultad del importe del carro, no pudiendo costear el viaje a un cortejo, por pequeño que sea, entregan el cadáver humildemente amortajado a la voluntad del carretero.

En el largo tránsito, la gravedad de acto tan fúnebre se convierte en mofa y títeres, no siendo estraño que el conductor entre a solazarse en los ventorrillos, deteniendo el espectáculo a la puerta interior los muchísimos extranjeros que frecuentan este camino presencian tan lamentable escena, mientras los buenos patricios que tal observan se quejan y ahogan su dolor y vergüenza en sus pechos. Hace cuatro días aconteció un caso de esta naturaleza. Murió en dicho punto de la Línea Nícolasa Grandiere, pobre. Sus dos hijos, entre apuros y lágrimas, recogieron de limosna en esta el importe del alquiler del carro, y entregaron el cadáver al carretero, quien, con tres chiquillos que le acompañaban, efectuó la travesía al tenor citado, entre nacionales y extranjeros, con vergüenza y dolor de aquellos, y con sorpresa y sentimiento de estos.

Se escusarían tan lamentables escenas con autorizar la habilitación de un cementerio que hay en dicho punto de la Linea. El señor cura de San Roque haría un beneficio muy loable a estos sus mas de 800 feligreses, y evitaría los escándalos citados, ayudando a dichos vecinos á remover los obstáculos para la habilitación del mencionado panteón.
                                                                               El Clamor Público del 22 de noviembre de 1850

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Ayer un Carabinero que estaba de servicio en la línea española, avanzaba armado hasta 10 pasos de la inglesa, donde el centinela le mando hacer alto, e indicó luego que retrocediese; mas como no lo entendiese o no quisiera el Carabinero obedecer, fue preso por la guardia Inglesa y conducido al principal. En seguida se corrieron partes de una línea a otra, siendo el resultado haberlo entregado hoy a sus jefes, quienes les siguen sumaria.
        
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Serían hoy las doce del día cuando desde estas azoteas se veían correr toda la línea española fuerzas de caballería, parándose en las ruinas de Palmira (en los fuertes de San Felipe y Santa Barbara, cuyos restos yacen en los extremos de dicha línea o playas de levante y poniente). Pudo conocerse que era el Señor Guajardo, Comandante General interino con su estado mayor y escolta que visitaba su jurisdicción.

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A propósito de la Línea y de lo que dije en mi anterior sobra la falta de la habilitación del cementerio en dicho punto, se me ha referido una lamentable escena, consecuencia de dicha falta.

El 15 de noviembre falleció en el mencionado punto de la Línea Fernando Cereño. Su única familia era una hermana pobre y desvalida. Entre mil apuros, pudo esta solamente hallar un burro para conducir el cadáver a San Roque. Asido este al burro por la voluntad de una coyunda, sola la pobre hermana, pasó el largo mal rato durante cuatro millas, hasta conducir en tan extraña y melancólica situación el cadáver de su hermano a la inumacion. Prescindo de comentar tan dolorosa escena, pues en bien fácil de concebir.


                                                                           El Clamor Público del 11 de diciembre de 1850



   Luis Javier Traverso







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