Luis Rompinelli López, un Trapecista Linense que
llegará muy alto
El reportero del Diario AREA, redactaba la noticia como sigue:
Este chico de 20 años, natural, de La Línea y
hermano, de la famosa señorita torera Lupita, aquella que se tiró al ruedo hace
dos años y de ese tremendo salto con quistó el aplauso enardecido del público y
páginas enteras ilustradas de la prensa madrileña. Su gesto valeroso, superior
al de muchos varones aficionados, le valió el estímulo y también la admiración
de los matadores que componían la terna en tal ocasión: Rafael Ortega, Bernadó
y los novilleros Miguel Campos y Miguelín.
¡Menudo revuelo armó la chica! Pues bien; este muchacho que hoy visita nuestra Redacción se nos presenta como trapecista de circo y, según afirmación propia y espontánea, se entrena continuamente dispuesto a salvar todos los obstáculos que se le interpongan para subirse al último peldaño de la fama. Tratándose de un trapecio, ya es subir...
—¿Por qué te llamó la atención ese arriesgado
ejercicio?
— Creo que reúno condiciones físicas para dedicarme
a trabajos circenses y personas entendidas que me han visto actuar en privado, dicen que lo hago bastante bien.
—¿Es que todavía no te has presentado en pista?
—
No he tenido oportunidad de hacerlo, y no por
falta de ganas.
—¿Donde tienes instalado el gimnasio?
—
En mi casa. Allí me paso las horas realizando
cabriolas, volteretas y haciendo músculos.
—¿Te ha visto actuar algún atleta de renombre?
— Últimamente hice una exhibición ante los
hermanos Kermis, del Circo Estambul. Tuvieron para mí palabras de aliento y me aseguraron
que conseguiría dominar el trapecio.
—¿Algún número, creación tuya?
— Tengo entre manos y pies un número original que
he bautizado con el título de «La cruz horizontal», de bastante peligro.
Efectúo mis ejercicios en dos trapecios y a una altura de cinco metros.
—¿Sin red?
— Naturalmente. Los Kermis, cuando me vieron
hacer este número opinaron que debía desistir,
pues era muy expuesto.
—
¿Admiras a Pinito del Oro?
— Como buen aficionado, me agrada ver trabajar a los héroes del trapecio
y pienso que yo puedo algún día hacer lo que hacen ellos.
Por cuanto comprobamos y sabemos, estos hermanos
Rompinelli no se arredran por nada y se les ve decididos a realizar grandes hazañas
que llenen de asombro a los espectadores. Lupita como rejoneadora, para lo cual
está ya provista de equipo completo y de un valor a prueba de Miuras y Luis como hombre-pájaro que desafía al viento y a la muerte, arrojándose al
vacío como quien se lanza a la piscina desde el trampolín. El dice que
experimentaría inefable placer pudiendo contemplar desde allá arriba la cara
asustada del público, conteniendo la respiración al verle dar el salto de la
muerte.
— ¿Qué te propones ahora?c
— De momento, nada. Estoy en puertas para
ingresar en la mili, por eso no he aceptado algunos contratos que me han ofrecido. Pero ya llegará mi hora. Es ya el trapecio para
mi como la cuna mullida para el niño de pecho.
— ¿Has sentido miedo alguna vez al balancearte en
el espacio?
— Nunca. No soy propenso al vértigo. Y cuando está
uno trabajando no se acuerda de lo que pueda ocurrirle.
Publicado en el Diario AREA del 4 de enero de 1958
Luis Javier Traverso
La Línea en Blanco y Negro