martes, 4 de octubre de 2011

"El enemigo en casa"

Artículo publicado en el periódico "El Grano de Arena" el sábado 13 de octubre de 1900


Con el título de «El enemigo en casa», ha publicado «El Liberal de Madrid» las siguientes líneas, sobre las que llamamos, con verdadero interés, la atención de nuestros lectores:

«Algeciras, La Línea, San Roque, Los Barrios y Tarifa, pueblos que cubren el campo de Gibraltar y circundan la célebre plaza inglesa, tienen una población de más de 78.000 españoles.
»Para esos 78.000 españoles mantiene España siete escuelas.

»Y pasan de treinta las que, a título de propaganda religiosa, costean varias Sociedades británicas en los pueblos referidos.

»A las nuestras asisten unas cuantas docenas de alumnos, en su mayor parte niños; a las extranjeras millares de discípulos, en su mayor parte jóvenes.

»En el apiñado barrio de la Tunara, situado en las playas de Levante y bajo la jurisdicción del Ayuntamiento de La Linea, los dos solos edificios del Estado son la casilla de consumos y la del resguardo de Carabineros.
«Inglaterra, en cambio, ha establecido una  capilla evangélica y una escuela de primera enseñanza.

»No sabemos si a la capilla acuden muchos mayores de edad; sabemos que todos, o casi todos los párvulos del barrio, concurren á la escuela.

»La villa de La Línea de La Concepción, cuyos habitantes pasan de 38.000, carece de Hospital; como siempre está llena de miles de infelices que buscan trabajo, a cada paso se observan en ella escenas dolorosas.

»Pues bien; el Gobierno inglés ofrece asilo en sus Hospitales de Gibraltar a los enfermos y a los inválidos que no lo encuentran en La Línea.

»Algo todavía más negro.

»Un virtuoso sacerdote, animado por espíritu ferviente de caridad, y por el deseo de evitar á la Patria tales sonrojos, trató de fundar un Hospital, y solicitó del Gobierno español un trozo de terreno yermo en donde erigirle.

»8e le contestó con una negativa rotunda en atención á que el sitio podía ser útil algún día al ramo de Guerra.

»Y —¡cosa inaudita!—en el mismo sitio ha construido una hermosísima finca de recreo cierta familia británica.

»Y la ha construido con el permiso de nuestro Gobierno.

»Ante hechos de tal naturaleza, que a la vez se meten por el alma y por los ojos, no hay cañones ni baterías que valgan.

»Aunque estuvieran fortificadas por un nuevo Vauban, Sierra Carbonera y Algeciras, por la escuela, por la fábrica, por la iglesia, por el Hospital y por los mil boquetes abiertos de par en par al trabajo y al espíritu, entrarían, como desde hace años vienen entrando, los invasores.

«Protestamos a menudo contra las concesiones otorgadas a la Compañía inglesa del ferrocarril que cruza aquellos pueblos, y no advertimos que semejantes concesiones, aunque indebidas, carecen de importancia frente a los datos que acabamos de copiar y que aquí pasan por pecados menudos.

»Grado más o menos, otro tanto ocurre, especialmente bajo el aspecto mercantil, en las rías gallegas y en las islas Canarias.»

Tiene razón El Liberal: aunque Sierra Carbonera y Algeciras fueran soberbios acorazados de primera, por el Hospital, la escuela y la capilla protestantes entrarían los invasores; es decir, por el art. 11 de la Constitución; por la inicua tolerancia de cultos, que en la práctica es escandalosa libertad, por el boquete que se abrió en nuestra unidad católica y que fue efectivamente el primer paso en la decadencia y ruina de España.






                                                                      Luis Javier Traverso





Documento de la Biblioteca Nacional de España

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