lunes, 17 de octubre de 2011

Elogio de un Jefe Militar D. Adolfo Díaz Enriquez 1922

Publicado en el periódico "El Globo" del Sábado 1 de julio de 1922
 
DESDE LA LINEA

Elogio de un Jefe Militar

Hace pocos días ha cesado, por cambio de destino, el comandante militar de La Línea de la Concepción, D. Adolfo Díaz Enrique, que ha realizado una gestión austera, brillante y provechosa durante el período de su mando.

Reconociéndose unánimemente no se le ha tributado, sín embargo, el homenaje a que se ha hecho acreedor, quizá, mas que por ingratitud, por entorpecerlo quienes no tuvieron su amparo para que, a costa de injusticias, imperase el caciquismo político y la arbitrariedad.

«Varios hombres amantes de la verdad y la justicia haciendo honor a ambas cosas y subsanando la justicia   que envuelve el hecho de que una labor tan noble y desinteresada no haya tenido el eco de agradecimiento debido en la opinion, han publicado el siguiente manifiesto, que ha producido inmejorable efecto en todos los pueblos del distrito:

«Varios hombres de buena voluntad amantes de este pueblo desgraciado, al que abandonan los que mas  obligados están a amarle y engrandecerle, quieren rendir público homenaje al ciudadano que ocupó el cargo de primera autoridad, y que su influencia, su valía, el poder que otorga la función que aquí desempeñaba las dedicó única y exclusivamente al bien de La Línea.

El Coronel D. Adolfo Diaz Enrique, a quien nos referimos, supliéndo omisiones e indiferencias que nunca debieron de existir, encauzó un caudal que antes se perdía sin fertilización ni provecho alguno, y tras de un calvario en que los obstáculos y las ingratitudes fueron los jalones que iban marcando el camino, logro que la obra, del Hospital, la obra de sus ensueños, llegase a lo que es hoy, espléndida promesa de lo que debe de ser, de lo que será si el pueblo de La Linea quiere.

El coronel Diaz Enriquez se fué ya... Salió de La Línea sin que nadie o casi nadie acudiera a testimoniarle la gratitud que merece quien tanto se desveló por esté pueblo. ¡Qué de amargura la de ese ciudadano bueno al salir de estas lindes ...!

Por eso varios hombres de buena voluntad al despiedirle hoy cuando ya no está en La Línea, a la que seguramente no ha de volver, cuando no sabe ni en donde se halla (para que sea mas sincera, mas cordial la despedida), pretenden significarle que no todos han visto su obra con indiferencia que hubo quienes le siguieron calladamente, decididamente, con la alegría de hallar un hombre laborando como ellos hubieran, laborado de haberles puesto el Destino en lugar propicio.
Por ello nos honramos en rendir público homenaje a1 que fué coronel delegado gubernativo en esta ciudad queridísima, y quisiéramos que el pueblo de La Linea se asociara a este homenaje. ¿Cómo? Ocupándose del Hospital; interesándose por que esa obra que es buena, que fué la ilusion de un hombre honrado que amó a La Línea, y a la que ofreció la tranquilidad y su corazón, no se interrumpa; estimulando al que hoy es dignísimo sucesor de aquel hombre para que siga la ruta que él dejó señalada, y ayudándole a seguirla en contra de los llamados por un escritor insigne «Los malhechores del bien»





                                                                      Luis Javier Traverso





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