"No quiero con este artículo entrar en ningún tipo de pólemicas, lo he puesto por el hecho de que es posible que este fuera los comienzos del abuso en el cambio de divisa en la Aduana de los trabajadores españoles en Gibraltar y que duró hasta el cierre de la misma. Esta es una reivindicación que está realizando en estos dias la sociedad ALPEG y que parece ser que va por buen camino. Y este es el valor que quiero que destaqueis de éste artículo."
Artículo publicado en el periódico "La Libertad" del viernes 6 de agosto de 1937
La capacidad de los que regentan la laberíntica administración facciosa en el campo de Gibraltas es infinitó. No tiene límites ni reconoce obstáculos. Para ella todo el camino es llano y fácil, porque nadie se atreve, ni puede atreverse, a oponerle la menor resistencia. Ni resistencia ni siquiera razonamientos, Lo pagaria con la muerte.
Asi dicen los obreros que viven en los pueblos próximos a Gibraltar y trabajan o negocian —en pobres negocios humildísimos y personales— en esta plaza inglesa.
En la Aduana de La Linea se les da un trato inhumano. Se despoja a todo obrero, a todo trabajador; se le roba descarada y vilmente. Vilmente, porque el despojo está apoyado por la fuerza, por el terror, por el crimen.
En dicha aduana los trabajadores son victimas de todas las explotaciones. No es solamente esa, ya conocida, de obligarles a cambiar allí la moneda Inglesa en queperciben sus jórnales. Es más;hay más. Nadie, por humilde que sea, escapa a la rapacería de aquella aduana facciosa. Las obligacíones impuestas por el fascismo son numerosas.
El vendedor de escobas, el limpiabotas, el afilador, el que vende flores; todos, en fin, los que se ven forzados por la miseria a pasar la frontera para buscar en Gibraltar la manera de subvenir a sus necesidades; todos, por mísero que sea su medio de vida, al regresar a La Línea han de dar moneda Inglesa para cambiarla allí al precio caprichosamente fijado por las autoridades fascistas, precio que nunca es naturalmente, el verdadero.
En Gibraltar, por la índole de sus trabajos o de sus pequeños negocios, cobran en moneda española o en dicha moneda hacen su recaudación, y se ven obligadosa reducirla a moneda inglesa, obedeciendo la orden de llevar a la aduana de La Línea dicha moneda; y como en esta aduana se la vuelven a cambiar en moneda facciosa, al precio que caprichosamente han señalado, el obrero vendedor pierde en los dos cambios. Se ha dado el caso en alguno de estos vendedores de haber perdido 32 pesetas en cada libra cambiada, y, por consiguiente, de haber puesto dinero, después de haber trabajado todo el día, para llevar moneda inglesa a la aduana de La Línea.
El temor a las represalias, al castigo, a la persecución, los lleva a esto. Los obreros españoles que trabajan en departamentos oficiales de Glbraltar pierden, aproximadamente, 30 pesetas en cada líbra cambiada por obligación en La Línea.
A los subditos extranjeros también te les obliga a este cambio arbitrario de moneda
Hasta hace pocos días, los obreros subditos ingleses que viven en La Linea estaban exentos de esa obligación de hacer el cambio de su dinero en la Aduana. Se les respetaba, por su condición de extranjeros. No se cometía con ellos el despojo. Pero con fecha 16 de Julio se les comunicó que, en adelante, «debían cambiar allí, al tipo que señalaran las autoridades facciosas, por lo menos, las dos terceras partes de sus sueldos o jornales».
. . . . . . Las libras que se obliga a cambiar, con grandes pérdidas, a los obreros en La Línea, vuelven a Gibraltar, quedando en este doble cambio una bonita diferencia a beneficio de los particulares bolsillos de los dirigentes fascistas.
Recientemente pudo verse en Gibraltar sobre un camión —nos dice la persona que nos da todos estos detalles— a unos facciosos que cambiaban libras por calderrila a 70 pesetas. Y no sería equivocado afirmar —dice— que dichas libras eran las mismas que, obligadamente, cambiaron en la Aduana de La Línea los trabajadores.
Luis Javier Traverso
Documento perteneciente a la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional de España