domingo, 20 de noviembre de 2011

Temor a un Ataque Ingles al territorio Español en 1880 y la problemática del Contrabando

Artículo publicado en el periódico "La Iberia" del Sábado 25 de septiembre de 1880

EL CAMPO DE GIBRALTAR.

De algún tiempo a esta parte viene preocupando la atención publica la tendencia cada día más acentuada en las autoridades de Gibraltar de invadir nuestro territorio, de ejercer en él una jurisdicción que no consiente el tratado ajustado entre España y la Gran-Bretaña en 7 de Junio de 1714, y que de tolerarse contribuiría poderosamente á amenguar nuestro prestigio y al desmembramiento de la integridad de 1a patria.

La prensa gaditana los periódicos de Algeciras han sido los primeros en dar la voz de alarma denunciando las disposiciones manifiestamente hostiles del gobernador de aquella plaza, lord Napíer de Magdala.

No creemos que el honorable general ajuste estrictamente a las instrucciones de su Gobierno cuando ejecuta actos y formula exigencias que no pueden presenciarse, que no se queden oír sin que  suba al rostro el carmín de la vergüenza.

Sabido es de todos que el art.10 del tratado de  Utrech no concede á Gibraltar ninguna jurisdicción territorial fuera del recinto de sus murallas, ni más aguas marítimas que las de su bahía, y que solo por una deplorable complacencia se ha permitido a las autoridades inglesas que poco á poco invadan nuestro territorio, labrando en él sus huertas y jardines y que edifiquen en, el mismo sus necrópolis cuarteles, trincheras y establecimientos públicos, hasta el punto que de intrusión en intrusión y de tolerancia en tolerancia se ha llegado á reconocer la legalidad del llamado campo neutral, el cual abraza un gran espacio de terreno, en el que cada día adquiere mayor dominio la Gran Bretaña, del mismo modo que lo gana ensanchando su zona marítima por mediada una linea que arranca de Punta Mala y somete a la jurisdiccion inglesa gran parte de las costas españolas.

« Los soldados ingleses—dice El Ultimo Telegrama, periódico que se publica en Algeciras— están ya al habla con los aguerridos defensores de la integridad española, y recientes hechos que hemos consignado en números anteriores han dado a conocer á España que los ingleses pretenden usurpamos parte del terreno de que es únicamente señor y soberano D. Alfonso XII.

Hasta aquí, si bien los conflictos acusaban harta frecuencia y obstinada repetición, zanjábanse amistosamente, si tal pueden llamarse las concesiones que dia por día les otorgábamos. Pero quizá interpretando nuestra cortesía por miedo, tal vez por ruin debilidad, ha creído Inglaterra llegado el momento de romper por todo, y ha dictado al gobernador de la vecina plaza la minuta de la comunicación que públicamente se dice ha recibido del comandante general de este campo.

Trátase nada menos que de dar jurisdicción en el espacio de 100 metros cuadrados á los centinelas ingleses, lo cual es lo mismo que colocarlos en las puertas de la Linea de la Concepción.

Este acto, que supone una desmembración de territorio, ha sido enérgicamente rechazado por el general Canaleta, que con la noble altivez de quien ha derramado generosamente en más de una ocasión su propia sangre en aras de la patria, ha significado al general Napier que para él no hay más cuerpo de derecho en lo que á Gibraltar se refiere que las estipulaciones del tratado de Utrech.»

Como se ve, esta cuestión reviste trascendental importancia y está llamada á producir serios conflictos si nuestro Gobierno se encierra en su habitual indiferentismo y si no los conjura adoptando sin perdida de tiempo las enérgicas medidas que aconsejan la prudencia, la dignidad y los altos intereses de la patria.

El gobernador de Gibraltar, según El Calpense, se ha permitido también ordenar al mayor de plaza que nuestras centinelas de avanzadas se abstengan e intervenir en lo que se refiere al tránsito de carruajes entre Algeciras y la Línea mientras la carretera continúe en mal estado, disposición que entraña una intrusión de atribuciones, porque las autoridades inglesas carecen de jurisdíccion en nuestro territorio, y que á todas luces revela el propósito de facilitar el tráfico del contrabando, que no otra cosa implica la facultad que pretende se conceda á los conductores de los vehículos para circular libremente en todas direcciones por caminos de travesía ó por donde más les convenga.

De esta manera se hace ilusoria la vigilancia que en toda la línea debe ejercer el cuerpo de carabineros, y hasta se dificulta la represión del fraude, y buena prueba de esta intención la tenemos en el siguiente suelto que copiamos de El Ultimo Telegrama:

« Es digno de llamar la atención del Excmo. señor comandante general del Campo, ya que las autoridades de la Linea no dan cuenta de ello á 8. E., lo que viene sucediendo con los ingleses en lo que se refiere al terreno que media entre Gibraltar y la Linea. La garita de la guardia inglesa, (montada sobre ruedas) se halla hoy á unos 15 pasos mas hacia el terreno español que lo estaba antes. Dicha garita debe andar sola, puesto que mucho tiempo atrás se hallaba colocada en linea recta con el rastrillo de la última huerta. La casilla de los inspectores de policía también ha sufrido tres empujes hacia el terreno español, pues hoy se halla a unos 20 pasos más hacia dicho terreno, y quizá á unos 30 de la primitiva. Estos adelantos y la jurisdicción de cien pasos que tiene el centinela ingles hacia dicho terreno español dará lugar á que paulatinamente, y siguiendo el desorden antedicho, lleguen las garitas inglesas hasta cien pasos de la Línea de la Concepción »


Y no se crea que son únicamente los periódicos de oposición los que han dado la voz de alerta al Gobierno, pues también la prensa oficiosa clama por que se reprima, por que se castigue el fraude, y señala al Campo de Gibraltar como residencia de contrabandistas, como refugio de gente que vive de lo que allí se conoce, con el gráfico nombre de la jarampa.

Prescindiendo nuestro apreciable colega La Epoca de su incondicional ministerialismo, no encuentra un aplauso para el Sr. Romero Robledo por el decreto que publicó la Gaceta del jueves, motivado por el choque ocurrido con los soldados ingleses en el campo neutral que internaron á una pareja de la Guardia civil; pero en cambio se lamenta del gran desarrollo que en estos tiempos ha adquirido el contrabando, y aprovecha la ocasión para excitar el celo del ministro de Hacienda á fin de que adopte enérgicas medidas encaminadas a su represión, reconociendo implícitamente que nada se ha hecho hasta ahora para perseguirlo, así como que no se curan con paliativos los males profundamente arraigados.


He aquí los términos en que discurre el diario conservador:
«El Gobierno —dice— ha creído oportuno aconsejar á S. M. que el comandante general del Campo de Gibraltar ejerza, como representante y delegado especial del Ministerio, las facultades que a éste le corresponden en materias de orden público, vigilancia y policía, y tenga á sus órdenes las fuerzas de Guardia civil y de Orden público.
¿Que motivos aconsejaron al Gobierno la delegación de funciones propias en una autoridad militar, oficial ó general de ejército? ¿Qué abusos trata de corregir y qué reformas trata de aplicar en la linea de Gibraltar, sitio predilecto para los contrabandistas de oficio y de profesión? »


Esos motivos á los que el colega aparenta no prestar gran atención, los expone el ministro de la Gobernación en el decreto a cuyo examen habremos de dedicar un articulo especial, motivos fundados precisamente en nuestras apreciaciones y que por tanto nos relevan de esforzarlos con nuevos razonamientos.

«El  contrabando — añade La Epoca— que se hace desde Gibraítar, ya por mar, ya por tierra, es exclusivamente de tabaco. La producción algodonera inglesa ha dejado de servir de cebo al contrabando, dominando ahora por completo dentro y fuera del Peñón la producción algodonera catalana, hasta tal punto, que los productos españoles se importan en Gibraltar y se exportan en aquel puerto para Marruecos. Tal es la excelencia y la baratura de los géneros catalanes.
 Pero en punto á tabaco, el contrabando es grande y el fraude mucho mayor. A buen seguro que el celoso inspector de Aduanas que está allí de visita habrá estudiado á estas horas las distintas formas que el fraude reviste en la posesión inglesa y en la población de La Línea.
Sería oportuno que así como la Guardia civil se pone, á las órdenes del comandante general, se haga lo mismo con las fuerzas de carabineros, para que la acción sea simultánea y combinada.
EI señor ministro de Hacienda fijará su atención en este asunto, y á buen seguro adoptará disposiciones eficaces para reprimir el fraude en lo posible. Ya que ahora está girando una visita un inspector de Aduanas, sus datos y observaciones podrán servir de mucha para prevenir el contrabando.»

Las indicaciones de La Epoca no las consideramos muy pertinentes en cuanto se refiere á conceder al gobernador del Campo de Gibraltar unas facultades en materia de Hacienda que á nada conducen, como lo prueba el poco éxito que hasta ahora han producido.

Aquella autoridad dispone de la fuerza de carabineros como de todos los cuerpos armados; y, sin embargo, el contrabando continúa en mayor escala y su represión es cada dia menos eficaz, según lo declara el ministro de la Gobernación, el cual asi como el Sr. Cánovas del Castillo conocen perfectamente la causa de su desarrollo.

Y ya que un inspector general de Hacienda de reconocida competencia se halla girando una visita á las Aduanas de las provincias andaluzas, bueno seria que expusiera al Gobierno, si es que ya no lo ha hecho, las reformas que reclaman en su organización utilizando los datos que habrá adquirido sobre el terreno, teniendo para ello en cuenta las atinadas observaciones contenidas en la exposición que la Liga de contribuyentes de Algeciras elevó al ministro de Hacienda en 26 de Agosto último.

Todo lo que no sea combatir el mal con enérgicos remedios, repetimos, sólo conduce á llenar una página más de la Gaceta con un decreto de problemáticos resultados.






                                                            Luis Javier Traverso




Documento perteneciente a la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional de España

Falta de Plata y Billetes en el Campo de Gibraltar 1893

Periódico "El Liberal" del Sábado 9 de julio de 1893


EN EL CAMPO DE GIBRALTAR

Conflictos que origina la falta de plata y la baja del billete de Banco.- Dificil situación enconómica en este Campo.- Urge  que el Gobierno  solucione el conflicto.- Falta de metálico para pagar a los soldados.- La Prensa  calpense.- Los empleados del resguardo interpretando la ley sobre la exportación de la plata.- Registros individuales.- Nuevos abusos en Correos.-
Ya lo decía en una da mis anteriores informaciones: el problema monetario se presenta en este Campo con caracteres alarmantes y si el Gobierno español no pone pronto  y oportuno remedio para normalizar la situación económica de los pueblos del Campo de Gibraltar, se producirán tan graves conflictos de orden público, que podrán en grave aprieto a las autoridades para solucionarlos, sin que se sepa a ciencia cierta cuales seran las horribles y desastrozas consecuencias que en la normalidad de la vida de estos pueblos originará la cuestión de la falta de plata y la parada de miles de obreros, hoy en visperas de quedar sin trabajo, si no se atiende  a solucionar el conflicto que se avecina.

No hay quien quiera tomar  para ninguna venta o transacción comercial los Billetes de Banco.


El papel moneda ha sufrido una depreciación de un 50 por 100 en Gibraltar y de un 20 por 100 en los pueblos de este Campo. Tener billetes de banco y no tener dinero es todo igual.


LA Compañía del Ferrocarril de Bobadilla a Algeciras, según tengo dicho a EL LIBERAL, no admite en pago de los billetes de viajeros, ni por transporte de mercancias, cantidad alguna en papel moneda.


Pero, en cambio, esta empresa, y lo mismo la Compañía Arrendataria de Tabacos, pagan a todos sus empleados en billetes de Banco, produciendo esto graves trastornos y conflictos en la masa popular y en la clase trabajadora, que se ve con el corto salario pagado en papel y luego no puede comprar lo necesario para el preciso sustento, a menos que no pierda el 20 por 100 del valor nominal de los billetes de Banco, y aun así no hay quien cambie el papel, ni quien lo admita.


Y si a esto se une que las autoridades inglesas de Gibraltar, al carecerse en aquella plaza de monedas de plata españolas, han determinado despedir de las obras de los Docks a los siete ú ocho mil obreros españoles que allí trabajan , reemplazándolos por los soldados británicos de guarnición en Gibraltar. ¿Podrá darse una situación económica mas triste que la que se presenta, y en mayor grado, cuando aquello suceda, se atraviesa en este Campo?.


¿Que sucederá el día no lejano en que queden sin trabajo esos ocho mil obreros españoles, que residen  en Algeciras y La Línea?.


Miedo da pensarlo, si se atiende al estado actual de los ánimos y a lo que pueda resultar con la miseria en que, de golpe y porrazo, caigan ocho mil casas de familias  españolas.


El conflicto interior que originaría al Gobierno la cuestión monetaria del Campo de Gibraltar, revestiría tal importancia, que la presionaría fuertemente a la opinión española y dejaría relegados al segundo término los otros conflictos interiores a que con mayor  atención atiende el Gobierno de Madrid.


Por Humanidad, por razón, por justicia y por patriotismo, hay que solucionar la cuestión  de la plata en esta región.


No Vacile ni un instante  el Gobierno; estudie la manera de solucionar rápidamente el conflicto, pues de no hacerlo, tal vez la fuerza y desarrollo  de los futuros acontecimientos sería tan desastrosos, que bien pudiera arrepentirse el ministerio de su falta de actividad y de su antihumanitaria inercia.


Aquí no se ventilan intereses mezquinos de partidos; aquí se ventila algo mas importante, como es el no perecer de hambre y el que no caigan en la miseria miles de familias españolas.


Diputados por la provincia de Cádiz son los señores Duque de Almodóvar del Rio y Añón, actuales ministros de Estado y de Marina, respectivamente, uno y otro y especialmente el primero conocen la vida de este Campo, ambos deben tener presentadas necesidades de esta  región y a ellos toca, por tanto, en primer termino, ilustrar a sus compañeros de gabinete acerca de las complicaciones que pueden producirse, interesante del Gobierno de que forman parte prontas, radicales y salvadoras medidas que conjuren el conflicto..


¿Porque no se crea en Algeciras una sucursal del Banco de España, único medio de evitar  la explotación  de que viene siendo objeto el papel moneda?.


Si esto no se hace ¿no sería solución el crear una Administración subalterna de Hacienda que, contando con las remesas de plata que le enviara el Gobierno y con la que en la misma se ingresaran  por venta de billetes de loterías, derechos de transmisión  de bienes, se hicieran aquellos cambios, que las necesidades mas perentorias del comercio y de tráfico impusiera?.


¿No podía la Compañía Arrendataria de Tabacos pagar en plata o en calderilla a sus empleados? Seguramente que si.


¿No debía el señor ministro de la Guerra, en vista de lo que está sucediendo con la falta de plata, cuidar a todas las fuerzas militares que hay en esta región se les abonaran sus haberes en metálico y no en billetes del Banco, como de una manera imprevisora y que agrava  el actual conflicto, se viene realizando?


Por la imposibilidad material de cambiar billetes, y por haberse pagado en papel las consignaciones de los regimientos expedicionarios que guarnecen a este campo, ha habido la necesidad de dar a los soldados vales por el importe  de los socorros diarios que reciben, cuyos vales contra determinadas casas de comercio, llevan la anexa obligación  de que todos los soldados han de emplear en dichos establecimientos mercantiles, las dos terceras partes por lo menos  del total del socorro, dándosele la otra tercera parte en metálico.


Esto ha producido grave disgusto en la tropa, y precisa  que el ministro de la Guerra solucione con rapidez  este otro conflicto militar, que, de seguir, puede producir  algún malestar entre los soldados.


Convencidos están por demás todos los impugnadores que tuvo en este Campo la proposición presentada en el Congreso por el Diputado  por Algeciras  D. Luis Ojeda, de las altas razones de previsión y de patriotismo en que se inspiró el diputado republicano para pedir al Gobierno que se permitiera la exportación de plata ha Gibraltar por la suma de 75.000 pesetas semanales.


El exceso de celo  de los funcionarios de las Aduanas fronterizas españolas para detener toda pequeña introducción de plata  en Gibraltar, registrando los bolsillos de las personas que atraviesan la frontera, llegando a considerar como contrabando cualquier suma de monedas de plata que ascienda a mas de cuatro pesetas, no solo agrava el conflicto monetario, sino que es motivo de que se ridiculicen  en el extranjero, y que  los periódicos calpenses desacrediten a la administración  española, escribiendo artículos con el epígrafe de "La Legislación del robo", donde se leen estas frases:


"Téngalo, pues, entendido cuantos de hoy en adelante, mañana sobre todo (se refiere a la feria de La Línea, que dió principio el domingo pasado), pasen a España. Si hasta ahora han tenido que precaverse de las hazañas de los timadores pick pocket, especialmente con motivo de las aglomeraciones en los dias de feria , un nuevo peligro de hoy les amenaza y es que si escapan de un pick pocket caerán seguros en las garras  de los carabineros de las puertas, que se cuidaran de limpiarles a la fuerza los bolsillos"


De que en esa forma nos trate las prensa extranjera tienen la culpa los empleados del resguardo que cometen ligerezas al hacer los registros, y que en pleno camino de La Línea a Gibraltar hacen bajar del coche a las personas que por allí  transitan para registrarles los bolsillos en la misma carretera, y los que interpretan tan ridículamente la ley sobre exportación de la plata, fijando como maximum de la cantidad que puede llevar un individuo en la enorme suma de cuatro pesetas  No puede darse nada mas risible.


Insisto de nuevo cerca del director general de comunicaciones, sobre los abusos que se cometen en correos, abusos tan escandalosos que merecen se ordene la instrucción del oportuno expediente gubernativo para depurar responsabilidades.


En los días 3 y 4 de este mes, ha dejado de recibir el paquete  completo de EL LIBERAL, el corresponsal vendedor de esta población, Sr. Gómez Carrillo, asegurándose por el administrador de Correos que la falta es en la ambulancias, pues a la oficina de su cargo no han llegado duchos paquetes de periódicos.


Corresponsal


Jimena y julio 1893












  


                                                                      Luis Javier Traverso




Documento perteneciente a la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional de España

domingo, 23 de octubre de 2011

Pinceladas de Noticias

Este artículo lo iré renovando con nuevas pinceladas de noticias, siempre que me tope con nuevas, cortas y de interés que trasladaros


EL gobernador de Málaga ha descubierto un enorme contrabando de reses vacunas que con pretexto de  que pastasen en territorio español eran introducidas por La Línea conduciéndolas después á dicha capital.
El ilícito comercio, ademas de perjudicar los intereses de la Hacienda, constituía una amenaza constante para la salud pública, por quedar con dicho procedimiento eludidas las cuarentenas.

                                         El Correo Militar del Sábado 11 de mayo de 1895
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lunes, 17 de octubre de 2011

Elogio de un Jefe Militar D. Adolfo Díaz Enriquez 1922

Publicado en el periódico "El Globo" del Sábado 1 de julio de 1922
 
DESDE LA LINEA

Elogio de un Jefe Militar

Hace pocos días ha cesado, por cambio de destino, el comandante militar de La Línea de la Concepción, D. Adolfo Díaz Enrique, que ha realizado una gestión austera, brillante y provechosa durante el período de su mando.

Reconociéndose unánimemente no se le ha tributado, sín embargo, el homenaje a que se ha hecho acreedor, quizá, mas que por ingratitud, por entorpecerlo quienes no tuvieron su amparo para que, a costa de injusticias, imperase el caciquismo político y la arbitrariedad.

«Varios hombres amantes de la verdad y la justicia haciendo honor a ambas cosas y subsanando la justicia   que envuelve el hecho de que una labor tan noble y desinteresada no haya tenido el eco de agradecimiento debido en la opinion, han publicado el siguiente manifiesto, que ha producido inmejorable efecto en todos los pueblos del distrito:

«Varios hombres de buena voluntad amantes de este pueblo desgraciado, al que abandonan los que mas  obligados están a amarle y engrandecerle, quieren rendir público homenaje al ciudadano que ocupó el cargo de primera autoridad, y que su influencia, su valía, el poder que otorga la función que aquí desempeñaba las dedicó única y exclusivamente al bien de La Línea.

El Coronel D. Adolfo Diaz Enrique, a quien nos referimos, supliéndo omisiones e indiferencias que nunca debieron de existir, encauzó un caudal que antes se perdía sin fertilización ni provecho alguno, y tras de un calvario en que los obstáculos y las ingratitudes fueron los jalones que iban marcando el camino, logro que la obra, del Hospital, la obra de sus ensueños, llegase a lo que es hoy, espléndida promesa de lo que debe de ser, de lo que será si el pueblo de La Linea quiere.

El coronel Diaz Enriquez se fué ya... Salió de La Línea sin que nadie o casi nadie acudiera a testimoniarle la gratitud que merece quien tanto se desveló por esté pueblo. ¡Qué de amargura la de ese ciudadano bueno al salir de estas lindes ...!

Por eso varios hombres de buena voluntad al despiedirle hoy cuando ya no está en La Línea, a la que seguramente no ha de volver, cuando no sabe ni en donde se halla (para que sea mas sincera, mas cordial la despedida), pretenden significarle que no todos han visto su obra con indiferencia que hubo quienes le siguieron calladamente, decididamente, con la alegría de hallar un hombre laborando como ellos hubieran, laborado de haberles puesto el Destino en lugar propicio.
Por ello nos honramos en rendir público homenaje a1 que fué coronel delegado gubernativo en esta ciudad queridísima, y quisiéramos que el pueblo de La Linea se asociara a este homenaje. ¿Cómo? Ocupándose del Hospital; interesándose por que esa obra que es buena, que fué la ilusion de un hombre honrado que amó a La Línea, y a la que ofreció la tranquilidad y su corazón, no se interrumpa; estimulando al que hoy es dignísimo sucesor de aquel hombre para que siga la ruta que él dejó señalada, y ayudándole a seguirla en contra de los llamados por un escritor insigne «Los malhechores del bien»





                                                                      Luis Javier Traverso





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sábado, 15 de octubre de 2011

Area del Sábado 26 de octubre de 1957



Aunque al final pondre las páginas completas voy a poner aqui las noticias que veo mas interesante sobre la Línea. Comienzo con:

Página 1

La gripe en ÁREA
E1 azote gripal ha causado también bajas en nuestra Redacción y Talleres privando al periódico esta semana de dos páginas. Esperamos de los amables suscriptores, anunciantes y lectores en general se harán cargo de la situación y sabrán disculparnos esa falta, cometida por el imperativo categórico de una epidemia que viene paralizando, durante breves días, afortunadamente, la actividad en todos los frentes de trabajo.
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martes, 4 de octubre de 2011

"El enemigo en casa"

Artículo publicado en el periódico "El Grano de Arena" el sábado 13 de octubre de 1900


Con el título de «El enemigo en casa», ha publicado «El Liberal de Madrid» las siguientes líneas, sobre las que llamamos, con verdadero interés, la atención de nuestros lectores:

«Algeciras, La Línea, San Roque, Los Barrios y Tarifa, pueblos que cubren el campo de Gibraltar y circundan la célebre plaza inglesa, tienen una población de más de 78.000 españoles.
»Para esos 78.000 españoles mantiene España siete escuelas.

»Y pasan de treinta las que, a título de propaganda religiosa, costean varias Sociedades británicas en los pueblos referidos.

»A las nuestras asisten unas cuantas docenas de alumnos, en su mayor parte niños; a las extranjeras millares de discípulos, en su mayor parte jóvenes.

»En el apiñado barrio de la Tunara, situado en las playas de Levante y bajo la jurisdicción del Ayuntamiento de La Linea, los dos solos edificios del Estado son la casilla de consumos y la del resguardo de Carabineros.
«Inglaterra, en cambio, ha establecido una  capilla evangélica y una escuela de primera enseñanza.

»No sabemos si a la capilla acuden muchos mayores de edad; sabemos que todos, o casi todos los párvulos del barrio, concurren á la escuela.

»La villa de La Línea de La Concepción, cuyos habitantes pasan de 38.000, carece de Hospital; como siempre está llena de miles de infelices que buscan trabajo, a cada paso se observan en ella escenas dolorosas.

»Pues bien; el Gobierno inglés ofrece asilo en sus Hospitales de Gibraltar a los enfermos y a los inválidos que no lo encuentran en La Línea.

»Algo todavía más negro.

»Un virtuoso sacerdote, animado por espíritu ferviente de caridad, y por el deseo de evitar á la Patria tales sonrojos, trató de fundar un Hospital, y solicitó del Gobierno español un trozo de terreno yermo en donde erigirle.

»8e le contestó con una negativa rotunda en atención á que el sitio podía ser útil algún día al ramo de Guerra.

»Y —¡cosa inaudita!—en el mismo sitio ha construido una hermosísima finca de recreo cierta familia británica.

»Y la ha construido con el permiso de nuestro Gobierno.

»Ante hechos de tal naturaleza, que a la vez se meten por el alma y por los ojos, no hay cañones ni baterías que valgan.

»Aunque estuvieran fortificadas por un nuevo Vauban, Sierra Carbonera y Algeciras, por la escuela, por la fábrica, por la iglesia, por el Hospital y por los mil boquetes abiertos de par en par al trabajo y al espíritu, entrarían, como desde hace años vienen entrando, los invasores.

«Protestamos a menudo contra las concesiones otorgadas a la Compañía inglesa del ferrocarril que cruza aquellos pueblos, y no advertimos que semejantes concesiones, aunque indebidas, carecen de importancia frente a los datos que acabamos de copiar y que aquí pasan por pecados menudos.

»Grado más o menos, otro tanto ocurre, especialmente bajo el aspecto mercantil, en las rías gallegas y en las islas Canarias.»

Tiene razón El Liberal: aunque Sierra Carbonera y Algeciras fueran soberbios acorazados de primera, por el Hospital, la escuela y la capilla protestantes entrarían los invasores; es decir, por el art. 11 de la Constitución; por la inicua tolerancia de cultos, que en la práctica es escandalosa libertad, por el boquete que se abrió en nuestra unidad católica y que fue efectivamente el primer paso en la decadencia y ruina de España.






                                                                      Luis Javier Traverso





Documento de la Biblioteca Nacional de España

viernes, 9 de septiembre de 2011

Concesión a Luis Ramírez Galuzo para Importar fécula de patatas por Gibraltar

Orden incluida en la Gaceta de Madrid numero 273 de fecha 29 de septiembre de 1908




MINISTERIO DE HACIENDA

Ilmo. Sr.: Vista la instancia dirigida á ese Centro directivo por D. Luis Ramírez Galuzo, comerciante y dueño de una fábrica de pastas para sopa establecida en La Línea de la Concepción, provincia de Cádiz, solicitando se habilite la Aduana del primer punto para la importación de la fécula de patata necesaria para su industria, que actualmente se ve obligado á importar por la de Algeciras, irrogándosele por tal motivo gastos innecesarios de arrastre qne dificultan el desarrollo económico de su fabricación.
Resultando que remitida la instancia de que se trata al Inspector de Aduanas del Campo de Gibraltar informa dicho funcionario favorablemente la petición, manifestando que no hay inconveniente alguno en acceder á ella, con la condición de que la fécula de patata se presenta al despacho consignada precisamente al solicitante y con destino á su fábrica de pastas para sopa:
Visto el párrafo A del art. 1.° del Real decreto de 30 de Agosto do 1896, por el cual quedó habilitada la Aduana de La Línea para la importación de diversos artículos, entre los cuales se encuentra la harina de trigo:

Considerando que constituyéndo la base para la fabricación de pastas para sopa la harina antes mencionada, y siendo la fécula de patata igualmente necesaria para la industria de que se trata, resulta equitativo conceder al segundo de dichos artículos los mismos beneficios y ventajas que ya disfruta el primero; y 
 Considerando que con,la concesión de que se trata no se produce perjuicio alguno al Erario y se favorece el desarrollo de la industria nacional;

S. M. el Rey (Q. D. G.), conformándose con lo propuesto por esa Dirección general, se ha servido ordenar que la actual habilitación de la Aduana de La Línea de la Concepción se amplie para la importación de fécula de patata con destino á la fábrica de pastas para sopa de D. Luis Ramírez Galuzo.

De Real orden lo digo á V. I. para los efectos correspondientes. Dios guarde á V. I. muchos años. Madrid 24 de Septiembre de 1908.

                                                                                                         R. Andrade.
Sr. Director general de Aduanas.







                                                                         Luis Javier Traverso






Documentorecomendado por Jose Martínez

Inauguración de la Plaza de Toros de La Línea 1883

El 19 de mayo de 1883 en el periódico "El Mono" de la vecina plaza de Gibraltar se se hacía el siguiente anuncio:

PLAZA DE TOROS
EN LA LINEA 

La inauguración de dicha plaza tendrá lugar el dia 20 del presente mes, en cuyo dia se lidiaran 6 toros de muerte, de la acreditada ganadería del Mayorazgo Prado.

Los diestros son El Gordito, Frascuelo y El Marinero, alternativamente.

El dia 24 y 27, respectivamente, se verificaran dos corridas de novillos de muerte, siendo los primeros de la ganadería de Moruve, y los segundos del Mayorazgo Prado.

Los espadas son El Marinero, Curro Aviles (a) Currito, de Sevilla y Bombita.


Posteriormente el mismo periódico el 23 de mayo de 1883 publica una crónica de la corrida de una forma bastante peculiar, por lo que está trascrito tal cual el original, como todos los que realizo en el blog, aunque se, que este va a costar un poco leerlo:
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jueves, 1 de septiembre de 2011

Reglamentos para la Admisión de Carruajes Españoles en las calles de Gibraltar

Debido al crecido número de carruages Españoles que entran en esta sin el debido permiso, causando mucha molestia y obstruccion al tráfico local, todo permiso ahora válido quedará anulado el 29 del actual, exceptuando los de las autoridades y oficiales Españoles.

Las pereonas que deseen nuevos permisos tendrán la bondad de dirigirse por escrito al Sr. Gefe de Policia  hasta el 21 del corriente.


Permisos por tres meses serán concedidos á los nativos de esta que residen en la Linea para un carruage determinado, cuyo número deberá especificarse en la solicitud.



Las personas que deseen entrar en un carruage con un objeto determinado, solicitarán permiso de la Oficina de Policía cuyo permiso será otorgado por el día.

A los niños y niñas que residen en la Linea y asisten a las Escuelas de Gibraltar, se les concederán permisos especiales para poder entrar en carruage, entre las 8 y 10 de la mañana y salir entre 3 y 5 de la tarde.


En vista de la distancia entre San Roque y Campamento y esta Plaza, se concederán permisos especiales a cuatro caleseros de cada uno de esos pueblos con la recomendación de los Sres. Alcaldes, y solo para conducir pasagerós de los pueblos antedichos.

Toda persona que haga mal uso del permiso concedido, como es, tomar un carruage Español para hacerse conducir desde el Mercado a cualquier parte de la poblacion, ó transferir el dicho permiso a otra persona, será inmediatamente destituida del mismo.

WILLIAM SEED.

—Vamos a ver. Gaspar, ¿que te parecen los anteriores Reglamentos?
—Como quiera que mi pobre opinión no ha de tomarse en cuenta, creo inútil emitirla, tio. Comprendo que el objeto es evitar obstrucciones en la via publica, con lo que estoy completamente conforme, pues aun recuerdo el lodazal inmundo que ocasionaban los carruages españoles cuando tenian el stand a la entrada de la población; pero comprendo también, que dichos Reglamentos, particularmente en su tercera cláusula, darán un efecto contraproducente a lo que se proyecta, pues siendo bastante considerable el número de nativos que residen en la Linea, y solicitando cada uno de estos un permiso por tres meses, dado caso que todos lo desearan cono en justicia se les ofrece, daria por resultado lo mismo que se trata de impedir; esto es, la obstruccion del tráfico local.

Aademas, lo de tener que sugetarse los que soliciten permisos a un carruage determinado, lo creemos un absurdo, pues la mayor parte no estarán en condiciones de sufragar gastos para tener un carruage a su disposición cuando les plazca, cosa que es poco menos que imposible a menos que el carruage sea propiedad del mismo solicitante.


—Bien, Gaspar; pero ¿qué harías tu si respetaran tu opinión?
—'Yo lo que baria, si tuviera la autoridad de Mr. Seed, era abrir un turno por el que tuvieran opción a entrar en el pueblo, por todo un dia, cuatro o seis carruajes españoles para conducir a las personas que tuvieren permisos, y asi, sucesivamente, iria alternando con objeto que a los demás les cupiera el mismo privilegio.


nota: El artículo está trascrito tal cual es el original, con sus actuales faltas de ortografía, etc....



                                                                         Luis Javier Traverso






Documento cedido por  Juan Manuel Ballesta

Un Paseo a la Línea de la Concepción 1884

Artículo publicado en el periódico "El Mono" del miércoles 11 de junio de 1884

Comimos; tomamos uua agradable taza de café en el espacioso y elegante Universal, propiedad de D.  Federico Bado; encendimos un excelentísimo cigarro procedente de la tabaquería de los Sres. Stagueto y Silva, y veloces como el rayo tomamos Calle Real abajo hasta hacer una corta parada en la plazuela del Mercado.


Eran las cuatro.


Nuestra vista se afanaba por descubrir un algo, cuyo algo no existia, ó, al menos, no estaba en estado de satisfacernos.


Este algo, eran los coches Ripert, que luego nos enteramos no habian empezado aún á funcionar, no sabemos por qué motivos.


Lamentando esta contrariedad, dimos algunos pasos y se nos presentó un cochero ¡qué cochero! de fijo habia pasado sino toda su vida, la mayor parte, limpiando el hollin de las chimeneas, á juzgar por lo tiznado que estaba.


Acercó el vehículo, si así puede llamársele á un coche viejo y carcomido tirado por un penco muerto y después de habernos advertido con cierta socarronería que cobraba á real de plata por asiento, entramos en el infernal carruaje (dimos con el nombre), y un salto aquí, una embestida allá, nos encontramos vivos, al parecer, en las puertas de la Linea.


Nos apeamos y...¡ aquí fué Troya ! Ni Lagartijo, Caraancha, Mazzantini y cuantos toreros célebres hay en España, dan más pases de muleta, verónicas y quites que los que nosotros nos vimos obligados á dar para evitarnos el ser atropellados por los carruajes; tal es la apiñada piña que se forma de estos en aquella entrada, atentatoria en alto grado a la vida del pacífico transeunte.


(Entre paréntesis, Sr. Alcalde: las puertas requieren alguna más vigilancia; estando los coches estacionados con orden pudieran evitarse desgracias que de otro modo son muy fáciles de acaecer.)


Pasado este peligroso peligro, que pudo haber sido causa He desgracias desagradables, (¡ojo, Guardian) y después de haber sufrido un ataque registratorio-descortés por un carabinero, entramos en la población.

Amantes ante todo al antropofagonismo (¡ bonita frase !) nuestra vista se dilató en la inmensidad de...las buñolerías que figuraban en primer término á la izquierda. ¡ Qué ricas tiendas ! ¡ Qué buñoleras, tan regordetas y coloradotas! Vamos, vamos, que la boca se nos hace agua. (No te sonrías maliciosamente, lector, que aludimos á los buñuelos, no á las buñoleras, sin embargo de que estas no nos desagradan ¡cuidado !)


Después...después fué.¡ la mar ! lo que vimos en aquella plazuela, mereciendo especial mención dos magnificas y bien surtidas abaniquerías.


Subimos á la plaza alta y tropezamos con un lucido y suntuoso pabellon, adornado con elegancia y buen gusto, destinado, según nos dijeron, á albergar lo más distinguido y elegante de aquella villa. ¡ Qué honor para una techumhre improvisada ! ¡ Qué gozo no experimentaría aquello al sentir el divino efecto producido por las delicadas pisadas de las lindísimas jóvenes que al compás de los armoniosos acordes de la música se deleitarían esparciéndose en multitud de parejas !


Pero abandonemos estos embriagadores pensamientos, y con ellos la plaza alta y entremos en calle Real.
 Ah ! ....bellísimo, sublime, encantador es el golpe de vista que presenta esta calle ! Arcos triunfales, escudos, adornos de diversas formas, multitud de farolillos venecianos simétricamente colocados, en fin, el buen gusto desafiando a la elegancia, cuyo reto es admitido por esta, á juzgar por las innumerables y agraciadísimas jóvenes que se pasean estasiadas de admirar tanta belleza !
 Prum ! tropezó y cayó ! ¿Quién demonio tuvo la humorada de alfombrar la calle con estas yerbas? preguntó uno á nuestro lado. Y tenia razon el hombre, porque á los pocos pasos advertimos que la yerba se hacia montañas, capaces de hacer sufrir un rudo batacazo al mas fornido transeúnte.

Esperamos que yerbas criminales
no volverán á tapizar mas suelos.


Seguimos adelante, pero de pronto hirió nuestro oido una estentórea voz que decía : "jugarle!" "moneda por moneda" "¡ peseta por peseta!"  "duro por duro"! Un rayo que hubiera caido á nuestras plantas nos hubiera hecho menos efecto que las anteriores palabras !

(Otro, paréntesis. Sr, Alcalde; El asqueroso vicio del juego, espuesto públicamente, es el mas descarnado antítesis de la cultura de los pueblos.   Basta y sobra.)

Pero aun el cielo nos tenia reservado el último golpe, el golpe más fatal. Cuando nos separábamos precipitadamente del antedicho lugar, donde sa rendía culto al mas depravado vicio, en presencia de las mismas autoridades, héte aquí que nos encontramos frente á frente con la procesión. Nuestro primer intento fué huir ó refugiarnos en cualquier establecimiento durante pasaba ésta; más fué imposible; el inmenso gentio que se agolpó nos cortaba la retirada y tuvimos que resignarnos á presenciar un acto pantomímico revestido con la más supina ignorancia.


Y aquí nos tienen ustedes, carísimos lectores, obligatoriamente arrodillados, con la cabeza descubierta, tan solo sometidos á la razón de la fuerza, pues de otro modo, nuestras rodillas, aunque débiles, jamás se hubieran inclinado para reverenciar al más ridículo padrón de la civilización y el progreso.


Pero, señores; ¿ no es una injusticia, ana arbitrariedad que no conoce límites, el forzar la conciencia del individuo en medio de una vía pública, obligándolo (si á manos viene á fuerza de sablazos) á inclinarse y reverenciar un acto en el cual no cree porque es una pura patraña y cuya tendencia conduce únicamente á ridiculizar la religión ?

¡ Vergüenza tanta !


Desde este momento, el placer huyó de nosotros, la alegria se transformó en tristeza, y ni aún tuvimos gusto para detenernos á admirar los preciosos fuegos artificiales, que, seguo nos cuentan, presentaron un efecto maravilloso.
Hasta otro dia.
                                                                                                                   Serafín.





                                                                    Luis Javier Traverso





Documento cedido por  Juan Manuel Ballesta

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